LSD y otros alucinógenos II

 

Introducción
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Quiero agradecer a Catherine Ketman y Nicolas A. Pace, doctores quienes han escrito un libro de investigación médica científica sobre los efectos de las drogas y del alcohol en los adolescentes. El libro titulado Teens under the influence nos ayuda a reflexionar en lo que está pasando con nuestros jóvenes y las drogas que están influenciándolos.

         Esto nos abre el panorama a una educación más amplia acerca de las distintas drogas que están al alcance de todos nuestros jóvenes y adolescentes, drogas que inclusive desconocíamos por completo y que los traficantes pueden enviar por carta a tus hijos, como es el LSD.

         Drogas que son utilizadas comúnmente para remedios como la tos (como el dextrometorfano), cuando se toman en altas cantidades pueden producir alucinaciones y además se encuentran al alcance de todos en la farmacia. Así pues, podemos ver otras drogas como el éxtasi, que son drogas de las discos y centros nocturnos, y tienen efectos devastadores en nuestra juventud.

         Tenemos el testimonio de Joe de quince años quien dice: “me encanta el éxtasi, me encanta, me encanta. Sé que es malo para mi cerebro. He visto esas fotografías de cerebros pero no me importa. Dame un poco y lo tomaré sin pensarlo. ¡Oye! Dame dos o tres y las tomaré todas a la vez.”

         El éxtasi, o MDMA, ha existido por casi un siglo, fue creada por una compañía alemana en 1912 como una anfetamina experimental. Su estructura química es similar a ambas: a la metanfetamina y a la mezcalina. El éxtasi fue patentado en la década de 1930 como un supresivo para el apetito pero nunca fue utilizado clínicamente.

         Fue descubierto nuevamente en la década de los 70’s y fue utilizado en un tiempo por un número pequeño de psicoterapistas que los suministraban a sus clientes para producir un estado temporal de honestidad, transparencia y amabilidad. A mediados de los años 80’s los periódicos y revistas publicaron cientos de artículos acerca de las cualidades terapéuticas y eufóricas del éxtasi, lo cual estimuló el uso recreativo a larga escala y a una inevitable intervención del gobierno por medio de la Asociación Judicial de Drogas.

         El 1985 el gobierno federal clasificó al éxtasi como un narcótico de clasificación 1, en la misma categoría que la heroína y la cocaína, y  la consideró sin ningún uso medico aceptable. Por consiguiente la droga fue transferida al mercado negro en donde rápidamente llegó a las universidades, a los homosexuales y a los clubs nocturnos, sobresaliendo años después en fiestas donde se baila toda la noche, llamados reventones.

El toque
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