Por: Ing. Gilberto Sánchez

• Niños que tienen una personalidad muy dependiente: hay personas que debido a su carácter pueden tener mayor dominio propio, de modo que al jugar pueden poner un hasta aquí, pero hay personas que son mucho más dependientes, son más susceptibles a la adicción, de tal manera que piensan que ya jugaron un buen rato pero quieren seguir jugando y no tienen ese dominio. Si sigue jugando de una manera que no es prudente se convierte en desorden.

         Entonces es importante cuidar sobre todo a los niños que se dejan guiar mucho por emociones, sentidos, sentimientos, que no razonan las cosas, que son muy emocionales o emotivos, y que se dejan llevar por lo que sienten, por lo que quieren.

         Nosotros como padres podemos poner un límite, un alto y cuando usted lo establezca notará la reacción del niño. Habrá niños que pueden decir a sus padres: “está bien, claro hasta aquí fue lo tratado y gracias por que me dejaste jugar un rato”; pero habrá niños que reaccionen con mucha violencia, haciendo un gran berrinche. Ahí usted se dará cuenta de cómo el videojuego le está afectando y esa puede ser una señal de alarma para que se dé cuenta que su hijo es una persona muy dependiente y que debido a ese carácter, el videojuego lo puede estar influenciando mucho más que a otros niños.

• Problemas familiares: también se ha encontrado que lo que puede generar adicción en los niños son los problemas en la familia: faltas de comunicación, incomprensión, divorcios, separaciones dramáticas, poca dedicación al niño por motivos laborales.

         El padre de familia puede estar trabajando mucho para sacar los recursos suficientes para que la familia tenga lo necesario para vivir dignamente, pero de todas maneras debe tener mucho cuidado que esa gran responsabilidad de cumplir con lo básico, no lo lleve a usted a incomunicarse con su hijo, a dejarlo desatendido.

         La verdad es que en esas familias donde no hay comunicación, donde hay un distanciamiento entre los miembros de la familia, se encuentra un ambiente que causa más la adicción en el niño; el niño se queda aislado con el videojuego y no hay quien le llame la atención. Quizás a la hora de comer le hablan para sentarse a la mesa, el niño le pone pausa al juego, come rápido y se va otra vez a jugar, aislándose de la familia.

• Problemas escolares o sociales: ese tipo de niños tienen escasa integración con la sociedad, son niños que viven en la soledad o que están desmotivados escolarmente, es decir, que encuentran muchas situaciones de problemas, quizás tienen problemas de aprendizaje, no pueden salir adelante y se vuelve una situación muy pesada y muy difícil.

         Ya que el videojuego es muy atractivo, hace que el niño se evada de su realidad y de sus problemas; se mete en el videojuego y se olvida de todo el mundo. Entonces cuando hay esos problemas de tipo social, cuando no sabe relacionarse con los amigos, pues el niño se aísla, vive una vida en soledad.

• Motivación especial de competitividad: los niños tratan de ser competitivos y de mostrarse como expertos ante sus demás compañeros, hay quienes pueden caer en adicción por este tipo de conducta, por esta manera de pensar. Es decir, quieren volverse expertos en algún juego de video y se empiezan a meter, buscan hora tras hora para ver hasta que nivel llegan y así poder platicar con sus compañeros hasta que nivel llegaron o que tantos puntos alcanzaron a tener.

         Empiezan esos tipos de conversaciones en donde los niños aparentan que tienen cierta autoridad, cierta destreza, cierta capacidad en ser experto para manejar los videojuegos y no se quieren quedar atrás. Es cierto, hay niños, y no son pocos, que realmente se aficionan a los videojuegos porque están con sus compañeros, porque a lo mejor están aburridos, no tienen nada que hacer o lo toman como un reto de tipo personal.