El valor permanente de la familia

 

La familia, una especie en peligro de extinción
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Es evidente que la familia, a pesar de tener un valor permanente, tiende a cambiar rápidamente, a la par que en el mundo el concepto de familia también está cambiando. La reflexión sería: si para los mexicanos o latinoamericanos la familia es tan importante, ¿por qué es que cada vez ese valor va desmeritándose?

Creemos que si queremos que el concepto de familia como la entidad que da solidez a la sociedad y su valor permanente permanezcan, debemos ser valientes para aceptar que los factores expuestos han jugado un papel determinante en esa baja de valor de la familia y es importante, en consecuencia, analizar la nuestra a la luz de estos razonamientos y corregir lo necesario.

Creo que esta reflexión no debe quedar circunscrita a este programa, sino debe ser sólo el principio de una búsqueda intensa y denodada de nuestra parte para que nuestras familias sigan permaneciendo como lo que siempre han sido, la célula más importante de la sociedad, y no vengan a ser como una especie en extinción.

¿Lucharemos por nuestra familia? ¿O nos conformaremos a los estándares de este mundo cada vez más individualista, menos social y que piensa menos en la familia? La respuesta está en tus manos...

Hace no muchos años, tal vez unos cinco, se decía que había algunos países del llamado primer mundo, o industrializados, en donde el concepto de familia era cada vez más pobre, más alejado del modelo clásico. Lo curioso es que a la par esto ocurría también en los países de tercer mundo o subdesarrollados. Actualmente, este factor sigue siendo la nota característica en su sociedad.

Al hablar de países como Cuba, por ejemplo, el concepto de familia está lejos de ser el ideal para el individuo como ser social y diferente de cualquier otro ser en la tierra, el cual necesita vivir en sociedad.

Si la familia es el lugar ideal, entonces podemos entender la gran decadencia moral que la sociedad mundial está viviendo en nuestros días. Es curioso que en un mundo cada vez más globalizado y mejor comunicado, ocurra precisamente el fenómeno inverso en la sociedad: las familias están cada vez menos comunicadas, a pesar de los esfuerzos que diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han hecho para “integrar” a la familia. Ellos mismos saben lo que implica la desintegración familiar; el concepto de “familia clásica” está en vías de extinción.

Un concepto distorsionado
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