Depresión y suicidio juvenil
 

¿Se puede prevenir el suicidio? ¡Claro que si!
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

Para prevenirlo hay que reconocer en primer lugar el estado depresivo y hay que buscar el apoyo de la familia. La familia debe ayudar y preocuparse por esa situación, debe llevar a la persona deprimida a buscar ayuda profesional o médica, a buscar un buen psiquiatra que proporcione medicamentos eficaces para la depresión.

Además hay que buscar ayuda en el ámbito espiritual. Recuerda que la palabra de Dios dice que nuestro ser se compone de espíritu, alma y cuerpo; cuando tenemos hambre, comemos; cuando tenemos necesidad de educar nuestra mente, leemos un buen libro. Pero cuando tenemos una sed que no puede ser apagada con el agua, una sed de tener razón de vivir, de tener un propósito en la vida, de no sentirse huecos o vacíos: es momento de buscar a Dios.

El libro de Eclesiastés 12:1 dice lo siguiente: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos y lleguen los años en los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento”. Acuérdate de Dios, tómalo en cuenta en tu vida, él te creó, él te formó, él te dio la vida y sabe como funcionas.

Si tienes un automóvil descompuesto, no sabes qué le pasa pero tienes un manual de usuario, vas a seguir las reglas de ese manual para poder recuperar el buen funcionamiento de tu automóvil. Vas a llevarlo con el mecánico adecuado para que ese auto funcione bien, si no sabes de mecánica no vas a tratar de arreglarlo porque lo vas a descomponer más.

Así bien, cuando nuestro ser no funciona, cuando hay tristeza y no sabemos ni por qué, cuando no nos entendemos a nosotros mismos, cuando hay pena en el alma, cuando nada nos contenta, es tiempo de pensar que algo no está bien dentro de nosotros, es tiempo de pensar que nuestra alma está descompuesta y el único que puede componerla es Dios.

Obviamente, si quieres prevenir esto, busca a Dios antes que vengan los días malos, antes que venga la tristeza. Finalmente, todo ser humano tiene el momento de enfrentarse con la soledad, con la tristeza. Si tú quieres evitarlo, busca a Dios con tiempo, busca a aquél que prometió darnos agua para nuestra sed espiritual, busca a aquél que por amor se hizo hombre y por amor sufrió en una cruz. Busca a aquél que lo único que quiere hacernos es el bien, que quiere ayudarnos, aquél que tiene tanto que ofrecernos y tiene tanto que darnos.

Tú que eres joven, sigue el consejo, ¡acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los días malos, antes de que venga la tristeza y la depresión, antes de que digas ”¿para qué vivo, qué triste es la vida, qué oscura es mi existencia, no le encuentro sentido a la vida?”

Sólo Dios puede darnos dirección, como seres humanos podemos tener todo en la vida: una buena familia, un buen nivel económico, buena comida y buena ropa. Podremos tenerlo todo, pero aún teniéndolo todo podemos no tener nada y ser muy infelices, porque el que no toma en cuenta a Dios realmente no tiene nada.

Los ricos se deprimen, los exitosos se deprimen, los grandes estudiosos se deprimen, pero el que tiene a Dios lo tiene todo; el que no tiene a Dios y el que no lo toma en cuenta, realmente no tiene nada. ¡Busca a Dios en tu juventud! Él quiere ser tu amigo y quiere ayudarte.

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