La viudez
Cómo superar el duelo
 

La aceptación
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Como seres humanos nosotros tenemos muchos anhelos, esperanzas y expectativas. Eso le da un sentido a la vida y nos permite esforzarnos, trabajar, hacer las cosas.

Pero tengamos mucho cuidado de que, cuando no se cumplen esas expectativas,  entremos en una situación de tal inconformidad, que nos lleve a renegar de la vida.

Hay quienes incluso reniegan de Dios y de todo lo que hay en esta vida, porque ven a otra familia que tiene hijos y ellos no pueden. Usted no debe dejarse llevar por ese tipo de situaciones.

Como seres humanos podemos hacer muchas cosas hermosas, pero también tenemos muchas limitantes y una de ellas es la muerte.

La muerte puede llegar tanto a los 80 años, como a los 40, 20, 13 o 5 años de edad. Aprendamos a entender que la muerte es parte de la vida, y es inevitable, que todos esos sentimientos que nos abaten cuando perdemos a un ser tan querido, pueden perdurar debido a nuestro propio egoísmo.

Aprendamos a despojarnos, a no estar centrados tanto en nosotros mismos para que cuando ocurra una situación así, salgamos adelante enfrentando debidamente a nuestros sentimientos.

Tenga cuidado, porque el hecho de que se muera un hijo suyo muy pequeño, y si usted se deja llevar por los sentimientos, puede hacer que se forme mucha amargura contra la vida y después ya no pueda disfrutar nada.

Si usted está vivo es para que siga amando a sus otros hijos y los pueda bendecir. Tengamos presente este pensamiento:

La vida no es fácil, es muy complicada. La vida sin dolor no existe. Lo importante es resolver las situaciones difíciles con madurez y con entereza para formar carácter.

Quizás alguien puede decir “mejor no me encariño para que no me duela tanto el perder a la persona.” Mire, usted viva la vida, ame, dése por los demás. Cada instante en cada relación que se tenga con los hijos, con los padres, debe ser algo disfrutado, sin temor y sin miedo porque finalmente no tenemos el poder sobre la vida y la muerte. Eso es algo que esta fuera de nuestro control. Por lo tanto, no nos preocupemos por ello.

Es cierto, si alguno de nuestros familiares tiene alguna enfermedad y necesita algún tratamiento, hay que proveerlo. El no hacerlo habla de una negligencia y de una falta de amor. Y el que salga adelante ese familiar o no, ya no está en nuestras manos.

Preparémonos
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