La viudez
Cómo superar el duelo
 

En busca de consolación
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Hay muchos hombres y mujeres que han sido abandonados por su cónyuge, y han sufrido las secuelas de un divorcio. En el caso de la viudez se tiene la ventaja de que no se ha sufrido traición; en este caso no se le han causado heridas de las cuales se genere queja o amargura.

Muchas personas para enfrentar la muerte corren a Dios, tienen sus creencias, lo cual es muy válido pues finalmente Jesús dijo de sí mismo “Yo soy la vida”.

Hay un texto en las Sagradas Escrituras, el Salmo 89:48 dice: “hombre vivirá y no verá muerte, ¿librará su vida del poder del Seol?” Este Salmo nos hace entender que todos los hombre hemos de morir algún día, que ninguna persona tiene poder de vivir eternamente.

Si usted es una persona que cree en Dios, busque el apoyo de él. Confíe en Dios ya que nadie es tan sabio y tiene el poder para consolarnos como él.

Entendamos que la muerte es inevitable y que el único que nos puede dar una vida eterna es Dios y así se puede resolver el problema de la muerte. Así que preparemos nuestra vida para que Dios nos conceda un día ver a nuestros seres queridos para siempre con él. De esta manera tendremos esperanza.

Incluso hay promesas de que Dios ha dado a mujeres que han perdido maridos. Dios promete cuidarlas y apoyarlas, él se convierte en su marido, ya sea por viudez o por divorcio; y nadie como Dios para ser un marido perfecto que provee todo lo necesario.

Pero muchas veces se deja de ver a Dios y no acudimos a Aquél que tiene poder para dar vida después de la muerte.

Yo le invito a que no caiga en un desánimo. Sí, va a haber problemas, pero recuerde que las cosas no son mágicas, tenemos que enfrentarlas, tenemos que ponernos de pie y trabajar en lo que tenemos que trabajar. Si tiene familiares, apóyese en ellos. Si no los tiene, busque la ayuda para poder sacar adelante a su familia.

Recuerde que el llenarse de sentimientos no le va a servir de nada; el llenarse de un pánico que la paralice para no hacer nada, complicará el problema. El meterse en vicios y adicciones para evadir su realidad no sirve de nada. Lo único que saca adelante los problemas es enfrentarlos y resolverlos.

No importa cuán débil y frágil se sienta usted, todos los problemas tienen solución. Si ha caído en una depresión de la que piensa no poder salir, busque un tratamiento adecuado.

Y si todos los hombres le han fallado, agárrese de Dios porque Él no falla. Él es el único que cuando se le busca con un corazón necesitado, con un anhelo de conocerlo y estar en su presencia, Él bendice y ayuda.

Ame a su familia mientras tenga vida, porque no hay nada más duro que tener una conciencia que le acuse por no haber amado como debió. Arregle sus cosas, ponga su casa en orden para que el día que parta no deje compromisos a su familia.

Aprendamos a disfrutar y amar a los demás, pero tengamos siempre presente el hecho de que no somos más que seres frágiles, que el día menos pensado podemos perder la vida y que mejor es haberla vivido para servir a los demás y haber dejado un testimonio de rectitud y justicia moral entre aquellos que amamos.

Sobre todo, no olvide que Dios ha dejado en la tierra Su Santo Espíritu, a quien la Escritura llama “El Consolador”, y quien vino a “estar con nosotros todos los días hasta el fin”. Él, no nos dejará huérfanos. Dios es el Refugio, acérquese a Él y Él le proveerá toda la consolación que necesite.

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