La menopausia y el climaterio
 

Síntomas más comunes
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

Todos los síntomas de la menopausia, a corto, mediano y largo plazo, son el resultado de una deficiencia de hormonas sexuales. Los principales síntomas o signos a corto plazo son los siguientes: ciclos irregulares de menstruación; bochornos, sofocos y sudoración nocturna; alteraciones en el estado de ánimo y disminución en el interés sexual.

Los síntomas, como los bochornos o sudoraciones nocturnas, son transitorios y tienden a ser de corto plazo, es decir, son síntomas que no van a durar para toda la vida. Pueden variar de unos cuantos meses o, en el máximo de los casos, hasta por diez años. Estos síntomas son los más comunes; sin embargo, también pueden presentarse otros síntomas, como dolor de cabeza, nerviosismos, palpitaciones, irritabilidad, falta de hambre y cansancio.

Después de estos signos, pueden presentarse otros de forma tardía y pueden ser más incómodos que los anteriores, tales como la sequedad vaginal, la incontinencia urinaria y las infecciones urinarias frecuentes, además de envejecimiento de la piel.

A largo plazo vienen otros signos que toda mujer debe de tomar en cuenta y también aquellos hombres que están casados, para que cuiden a sus esposas. Cuando sucede la menopausia, que conlleva la disminución de los niveles de estrógeno, se puede presentar la osteoporosis, que es un problema de los huesos; éstos se vuelven más delgados y frágiles. También pueden presentarse enfermedades cardiovasculares.

Los síntomas a largo plazo pueden poner en riesgo la vida de la mujer. Los síntomas urogenitales son muy comunes en las mujeres postmenopáusicas, su incidencia aumenta con la edad. Los bochornos o sudoraciones desaparecen a los meses posteriores a la menopausia, pero en el caso de los problemas urogenitales, las infecciones en las vías urinarias y  la resequedad vaginal, se van incrementando conforme la edad va avanzando.

Los estudios muestran que más del 50% de las mujeres mayores de 60 años  se quejan de algunos problemas como infecciones de vías urinarias, sequedad vaginal e incontinencia urinaria.

La disminución de los niveles de estrógenos durante y después de la menopausia significa que las células de los tejidos de la vagina y del tracto urinario inferior, es decir la parte donde sale la orina, no se estimulan como antes y esto da como resultado un adelgazamiento de la superficie; una condición que los médicos llamamos atrofia.

Es decir, se atrofia la superficie vaginal y también el conducto por donde finalmente sale la orina. Esto es lo que predispone a la resequedad y a las infecciones recurrentes en ese lugar. Las consecuencias más comunes de la atrofia son la sequedad vaginal, las relaciones sexuales dolorosas y comezón e irritación. Puede haber también un flujo o descarga vaginal y, por lo tanto,  se da una infección urinaria repetida.

A diferencia de los síntomas como bochornos y sudoraciones, los síntomas vaginales y uretrales no son transitorios sino que pueden irse acentuando cada vez más con la edad. Sin embargo, las consecuencias a largo plazo más serias de la deficiencia de estrógeno son la reducción de volumen óseo (osteoporosis) y también la enfermedad del corazón.

El riesgo de fracturas como resultado de la osteoporosis aumenta considerablemente después de la menopausia. Asimismo, después de la menopausia el riesgo de ataque cardiaco y de accidentes cerebro-vasculares en la mujer aumenta al mismo nivel que se ve en los hombres de la misma edad. En otras palabras, las mujeres antes de la menopausia tienen probabilidades de ataques del corazón o de accidentes cerebro-vasculares mucho muy por debajo de las probabilidades que el hombre tiene a la misma edad.

Por ejemplo, un hombre de 30 años tiene más probabilidad de ataques cardiacos que una mujer de 30 años. Pero después que la menopausia el riesgo es el mismo para el hombre que para la mujer.

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