Mis hijos y yo
 

¿Qué deben hacer las mujeres separadas o divorciadas?
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

En el caso de las mujeres separadas o divorciadas, cuando son jóvenes, se presenta una problemática diferente. Independientemente de que ella tenga o no hijos, es necesario que se perciba que, por la situación en la que viven, son objeto predilecto de “depredadores”, me refiero a hombres que andan a la caza de aventuras sin responsabilidad.

Tristemente, muchas mujeres tratan de llenar ese vacío y ceden ante esas influencias que traen consecuencias devastadoras. Tal vez es cierto que se equivocaron la primera vez, pero tienen que saber que no deben distraerse en noviazgos, vicios o vanidades que no aprovechan.

Hagan un alto para darse cuenta que son valiosas simplemente por el hecho se ser como son y que si existiera una oportunidad de rehacer su vida más adelante, es mejor haberse conservado haciendo lo correcto. Cuando ellas se dejan llevar por sus sentimientos y emociones y no usan la razón, serán consumidas por múltiples dolores. La conciencia misma les dará testimonio si están haciendo bien las cosas o no.

Sin que el trabajo se convierta en un ídolo, deben enfocarse en mantener un estilo de vida sobrio, prudente, ordenado y casto, esperando tal vez una oportunidad que se pueda presentar con un hombre que sepa apreciarlas, para que pueda rehacer su vida.

Si existen hijos, deben enfocarse en ellos. Para ellos vivir un divorcio es devastador y habrá mucho que restaurar y corregir en ellos. Para los adolescentes, el trauma que se vive por una situación así es muy doloroso y una madre responsable no se debe enredar en situaciones de noviazgos, sino que debe voltear sus ojos hacia sus hijos, en quienes habrá un terreno fértil.

Cuando una persona en esta situación experimenta el verdadero amor va a encontrarse a sí misma y va a entender mucho mejor el propósito por el que están ocurriendo las cosas. Además, haciendo esto, ellas mismas se sentirán revaluadas. Una vez más, la receta es hacer lo correcto.

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de darle consejería a una mujer que actualmente vive con tres hijos, sola. Sus hijos no son pequeños, el mayor tiene 24 y los otros dos son adolescentes de 14 y 16 años. Su esposo, aunque tiene contacto con ellos vía telefónica porque trabaja fuera del país, no ha podido cumplir con su papel de padre y esposo.

Esto ha traído consecuencias en la vida familiar: el hijo menor de ella ha intentado quitarse la vida en dos ocasiones y, aunque ella hace esfuerzos desesperados por suplir el papel de madre y padre, ha sido sumamente complicado. Al hablar con ella se percibía su dificultad para enfrentar esta problemática y su desolación.

Esto es un testimonio de que nunca va a ser fácil enfrentar una situación así. Jamás. Pero si comenzamos a hacer lo correcto y volteamos a ver lo que hay alrededor, preparándonos, nos vamos a dar cuenta de todo lo que es necesario atender y que tal vez nunca hemos hecho. En consecuencia, cuando corrijamos esto, las cosas en casa tendrán orden y todo vendrá a ser diferente.

Una madre ejemplar
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