Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Es importante estimular y motivar adecuadamente y esto depende de los padres; debe ser una motivación adecuada, que trasmita una idea conveniente al hijo, que haya un deseo intenso en el padre de que se comprenda algo. Esa es la motivación correcta.

Esta motivación depende de los resultados que se hayan obtenido y las recompensas por el esfuerzo a mediano y largo plazo. El padre debe establecer una tabla de recompensas por los logros obtenidos; si obtiene tal resultado, va a haber tal recompensa. Esa es una excelente motivación para los hijos.

Debe haber interés de los padres en el aprendizaje de los hijos. También el propio estado físico y emocional de nuestros hijos es importante, es decir, no podemos motivar a nuestro hijo si tiene un problema físico o si está enfermo. Primero hay que entender la problemática que tiene mi hijo en el aspecto emocional y físico para poder motivarlo de manera adecuada.

Se debe fomentar la lectura y además propiciar una actitud de respeto hacia el estudio, que debe llevar a considerar lo que se está leyendo como algo importante que va a servir para un propósito. Algo sumamente fundamental en este proceso es que debe haber constancia en el cumplimiento del horario y en el tiempo que se dedica a cada una de las actividades. Esto es imprescindible en cualquier tarea que se emprenda, sobre todo las que tienen qué ver con nuestros hijos.

Otra cosa fundamental es que el padre fomente la autonomía del aprendizaje del hijo. Es importante que el padre facilite la técnica para que el hijo pueda aprender de la mejor manera posible su hábito de estudio y de trabajo y las habilidades necesarias para la consecución de sus trabajos escolares.

El padre es responsable de fomentar esa autonomía. Usted no sabe cuánto trabajo y tiempo se puede ahorrar cuando sus hijos comienzan a fomentar este valor de la autonomía y lo llevan a cabo. Es una recompensa muy valiosa tanto para el padre como para el hijo.