Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Siempre que platico con las personas sobre estos temas les enfatizo algo muy importante: si solamente tomamos la enseñanza o las palabras y consideramos que son buenas, pero lo dejamos ahí y no llegamos a la práctica, no ocurre ningún efecto.

Hay otros aspectos importantes, no solamente los de tipo intelectual en nuestros hijos. Un padre que sabe motivar a sus hijos al aprendizaje, estará preocupado también porque sus hijos aprendan cosas importantes que les darán la identidad de lo son, su carácter.

Carácter es una palabra que significa raspar, es decir, da la idea de algo duro que queda profundamente grabado, que trasciende y, en muchas ocasiones, las personas no trascienden por su conocimiento de tipo intelectual. En la historia de la humanidad, todas las personas que han trascendido a la posteridad tienen algo que queda mucho más grabado y que es invaluable: es el valor que trasmite una persona que tiene carácter, que tiene un alma buena.

Un padre comprometido con esto estará el pendiente de que sus hijos formen un carácter. La enseñanza hacia nuestros hijos la trasmitimos en cada acto de nuestra vida, cuando estamos juntos en cualquier actividad de nuestra vida diaria.

   Aprovechemos todas esas oportunidades, comentemos sobre la lectura de un buen libro o de sus libros de texto. Papá, practique esto con sus hijos, platique sobre lo que ellos ya han visto en la escuela y después propóngales que juntos examinen el libro de texto en donde aprendió el concepto que están comentando.

Haga preguntas e involúcrese en el tema. En muchas ocasiones, las ideas de que cierta materia es aburrida son más bien un pretexto. La ignorancia nunca ha sido buena y desde luego no es lo que esperamos para nuestros hijos.