Por: Dr. Salvador Cárdenas

Se dice que dormir es un placer y efectivamente lo es poder dormir bien, pero además es una necesidad; está demostrado que la falta de sueño, en cuanto a cantidad o a calidad, afecta claramente el estado de ánimo de las personas y su desempeño diario.

Se recomienda normalmente que una persona duerma entre seis y ocho horas diarias. Cuando hay dificultades para dormir, ya sea porque no se logra conciliar el sueño o porque sí se logra pero después se despierta y ya no se puede volver a dormir, se disminuye la calidad del desempeño diario de la persona. Ésta se encuentra agotada y no tiene bien la habilidad para responder a sus necesidades diarias, por cuanto su cuerpo y su cerebro no están bien descansados.

Dormir no es un asunto de flojos, realmente es una necesidad, por lo tanto, queremos estudiar este tema para que usted pueda detectar las alteraciones del sueño que hacen que la persona no duerma adecuadamente.

Cuando hablo de alteraciones del sueño me refiero al insomnio, al exceso de sueño y a la parasomnia, que afectan la calidad del descanso e impiden que la persona se recupere de las energías que día a día se pierden.