Joven, tienes una misión en casa
 

Lo hermoso de pertenecer a una familia
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Conozco el caso de muchachos de la calle que pasan buena parte del día limpiando parabrisas en los cruceros, aventando fuego en una esquina o realizando algún trabajo sólo para obtener un recurso que les permita subsistir por ese día. Algunos de ellos se salen de su casa porque no les satisface lo que hay en ella.

Hay una necesidad básica para todos los hombres, ya que el hombre no fue diseñado para vivir solo o aislado. Estos muchachos se apartan de sus familias porque necesitan sentir que pertenecen a un grupo, necesitan algo que se asemeje a la familia.

Muchos adolescentes no aprecian el hecho de pertenecer a una familia. Ésta es muy valiosa. Piensa en todas las satisfacciones que tienes en casa y que difícilmente podrías obtener. Vendrán tiempos en los que tú mismo tendrás que procurar tu propio sustento y abrigo y no solamente el tuyo sino el de tu propia familia. Entonces recordarás lo bueno que era tener todas esas cosas en casa, cosas que a veces no piensas con cuántos sacrificios se obtuvieron.

Además, en casa tienes la oportunidad de recibir educación. No es absolutamente responsabilidad de los padres proporcionarte lo que necesitas, de hecho ellos darán cuenta de lo que hicieron sea bueno o malo, pero cada uno de ustedes tienen una responsabilidad por el sólo hecho de pertenecer a la familia.

Tu principal responsabilidad radica en apreciar lo que tienes, entendiendo que apreciar significar darle el valor justo a cada cosa. Tu responsabilidad también es realizar un esfuerzo en las actividades diarias y hacerlas con contentamiento, sabiendo que eso es agradable y que a ti te revalúa y te hace aparecer como una persona apreciada. La autoestima se construye haciendo cada día y a cada instante lo correcto y justo.

Tu responsabilidad también es obedecer con alegría, entendiendo que todo lo que siembres vas a cosechar. Piensa, ¿cómo te gustaría que tus hijos fueran contigo? ¿Te gustaría que te respondieran mal y que objetaran todos los argumentos o te gustaría que te obedecieran con gusto?

Tal vez ha habido tiempos difíciles y problemas en tu familia, pero es precisamente a través de ellos que la unidad familiar se fortalece. Ha habido tiempos de alegría y de regocijo, los cuales deben hacerte entender que perteneces a una familia y eso es una de las cosas más valiosas que el hombre puede tener.

Esa familia te da nombre. Es como saber que tienes un origen y que, aún sin saber cómo ibas a ser, tus padres pensaron que valía la pena que vinieras y entonces fuiste engendrado. Tú no pediste nacer en el lugar donde actualmente vives, solamente naciste; no pediste nacer en el tiempo en el que estás viviendo, simplemente apareciste. Esto te da un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad puesto que no estás aquí nada más para existir, sino para ser útil y con algún propósito.

Ese propósito puedes empezar a encontrarlo en la familia a la que perteneces, haciendo lo que debes hacer, lo justo y lo correcto. Es sumamente valioso pertenecer a una familia, aún cuando creas que aquella a la que perteneces es muy difícil y que no es posible vivir las cosas como te las estoy planteando; tal vez pienses: “Si usted conociera a mi familia…”. Por eso tenemos que hablar también acerca del perdón.

Es necesario perdonar
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