Cómo Criar Hijos con Éxito
 

Educando con el amor y el ejemplo
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Si yo he decidido amar a mi hijo, lo voy a aceptar incondicionalmente. Un padre no va a dejar de amar a su hijo, mucho menos lo va a odiar, porque se haya portado mal o lo haya hecho pasar una vergüenza. Un padre va a amar a su hijo no por los sentimientos o emociones que eventualmente podría experimentar, sino por la decisión y el pacto que hizo con él.

Ese amor no va a estar gobernado por las emociones, los sentimientos o los impulsos egoístas. No habrá rechazos aún cuando los hijos cometan faltas o se rebelen. El padre siempre buscará la mejor manera de corregir a su hijo.

Un hombre del siglo XIX, profundamente conocer de la naturaleza humana, llamado Andrew Murray escribió muchos libros acerca de cómo comprender la naturaleza humana y el porqué de las conductas. Él escribió: “Nuestros hijos siempre deben oírnos hablar de otras personas, amigas o enemigas, de un modo que ponga de manifiesto que no les guardamos ningún resentimiento, casi que les amamos.”

Las palabras que un padre hable delante de sus hijos pueden hacer que ese hijo tenga sentimientos nobles aún hacia aquellas personas que no han sido favorables para él o para la familia. Es decir, en la educación a nuestros hijos debe ir implícita una muestra palpable de amor, que se manifiesta en las palabras del que habla.

Debemos aprender a usar palabras que no corrompan a nuestros hijos. Muchos padres no dicen maldiciones pero sí expresan ideas que corrompen el alma de sus hijos, que son como dardos que se incrustan. El amor a nuestros hijos se muestra aún en las palabras.

De la misma manera, si amamos a nuestros hijos aprenderemos a darnos por ellos, a prestarles tiempo y atención. La pregunta para usted sería: ¿aparta usted tiempo para oír a sus hijos? ¿Toma tiempo para estar con ellos?

Tal vez ahora entendemos que nuestros hijos no nos escuchan porque nosotros no prestamos atención a lo que ellos nos dicen. Esta práctica requiere tiempo y esfuerzo, sacrificio y amor; sin embargo, con esta actitud usted estará enseñando a sus hijos lo que significa el verdadero amor, que no está gobernado por emociones o sentimientos.

La atención es una expresión de amor. ¿Abraza usted a su hijo? ¿Lo arropa cuando está en la cama? Usted no sabe lo mucho que significa para un hijo estas muestras de afecto. Una muestra de amor de este tipo puede cambiar completamente algunas actitudes de los jóvenes, ya que ellos se dan cuenta que realmente a sus padres sí les interesan.

Acepta a tu hijo tal como es
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