Cómo Criar Hijos con Éxito
 

Reglas y consecuencias
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Parte de ayudar al hijo a entender las reglas de la casa es grabar en su mente la consecuencia de violar esa regla. Como padres, ustedes deben decidir qué disciplina será la consecuencia de haber roto una regla de la casa. Es aconsejable que antes de que ocurra una violación a esa norma, usted ayude a su hijo a reconocer y recordar que habrá una consecuencia específica cuando se viole esa regla. Él debe entender que esto es justo.

De esta manera aprenderán ese principio tan valioso para la vida en sociedad. El día de hoy, si a una persona lo detiene un tránsito por alguna violación que cometió, no asume que ha transgredido la ley aunque sabe que existe esa ley. ¿Por qué se genera eso? Porque cuando era pequeño en casa no se establecieron reglas y consecuencias.

Es aconsejable que los hijos entiendan que cuando se transgrede una ley hay una consecuencia. Entonces, podrá ver la disciplina como una consecuencia de sus propias acciones, de una ley que él transgredió y no como si usted quisiera castigarlo o tuviera algún resentimiento hacia él.

Otro aspecto importante es que las reglas deben obedecerse. Nunca es bueno que su hijo reciba una consecuencia por desobedecer una regla que no entiende de manera clara y exacta. Lo que usted puede hacer es preguntarle continuamente si la entiende y pidiéndole que se la explique. De esta manera sabrá si realmente sabe lo que la ésta significa.

Las reglas de la casa deben ser para todos, para los adultos también. Es decir, usted estará sujeto a esa regla. Ese ejemplo de obediencia que usted les dé será la mejor muestra de amor que puede darle a sus hijos.

Tal vez nos parezca que las cosas en la casan están funcionando de manera correcta y que no es necesario establecer reglas que vayan a crear rebeldía en los hijos. Es importante remarcar que el padre va a establecer una regla si se requiere establecer reglas. No hay reglamento donde no se requiere corregir algo.

Actualmente se considera que no hay que castigar a los hijos, que hay que permitirles algunas cosas. Estas ideas provienen de un educador del siglo XIX, John Deway. Él consideraba que era necesario preparar principalmente a los estudiantes para que fueran eficientes en el trabajo y dejaba de lado el aspecto de preparar a los hijos para el futuro. Esto sugiere que los problemas que estamos viendo actualmente, derivan de la sociedad y del tipo de vida que llevamos; esta sociedad influencia a nuestros hijos para que se guíen por determinada norma de conducta.

Los hijos son lo que los padres les permitimos ser
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