Cómo Criar Hijos con Éxito Segunda Parte
 

¡Es hora de cambiar!
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Hemos llegado al punto culminante de este tema, es el momento de reconocer en qué hemos fallado como padres, dependiendo del ejemplo que hemos dado a nuestros hijos. Si carecieran del ejemplo, ninguna de las prácticas que hemos mencionado antes podría tener resultados.

La idea principal es cambiar como padres, si realmente queremos algo nuevo y diferente en la educación de nuestros hijos. El ejemplo es sumamente importante para ellos. Los padres deben ser un ejemplo acorde con lo que profesan. Imagínese un líder de una empresa que habla a sus empleados acerca de la excelencia en la puntualidad y los beneficios de ser puntual, pero que no concuerda sus hechos con sus palabras. ¿Qué idea les estará trasmitiendo?

Así es con los padres. La hipocresía de sus vidas se hace evidente ante los ojos de los hijos. Es decir, viven de una manera en público y de otra en el hogar. Por ejemplo, si los padres quieren enseñar a sus hijos lo que es la humildad deben vivir de acuerdo a esa norma. De esta manera darían una idea correcta de lo que es la humildad y de cómo debe vivirse, respetando la individualidad de las personas y no considerando a nadie por encima de otro.

Este ejemplo correcto de la humildad creará en los hijos el concepto correcto, porque verán en su padre el modelo de lo que esto significa. Y ellos vivirán esa norma que aprendieron con el ejemplo de su padre.

Hemos dicho que los seres humanos somos tripartitos: espíritu, alma y cuerpo. Por lo tanto, debemos educar a nuestros hijos en estas tres áreas. Cuando hablo de espiritualidad no me refiero a que los padres deben ser religiosos, sino que la verdadera espiritualidad se manifiesta en las cosas que a diario se realizan de manera práctica en casa o en cualquier lugar. Puede ser desde el hecho de saludar a una persona, hablar con un vecino o limpiar la casa; la verdadera espiritualidad es hacerlo bien y de manera correcta.

Si esto existe, los hijos aprenderán que ser espirituales. Ser espiritual no tiene que ver con estar metido una hora en un cuarto y salir con el rostro solemne o con los hombros caídos. Más bien, tiene que ver con crecer en el amor, la paciencia y el carácter adecuado para cada situación en particular.

Debe haber ejemplo también en el carácter y las actitudes. Nuestros hijos van a adquirir el respeto a cualquier autoridad si nosotros respetamos las cosas que en apariencia son muy pequeñas, por ejemplo, no tirar los papeles en la vía pública.

Si nuestros hijos no ven el ejemplo en nosotros ante situaciones como esta, les estaremos dando la idea de que hay algunas leyes o reglamentos que se pueden transgredir, que hay algunos otros que se pueden medio-obedecer y otros que sí se deben obedecer. Esto estará introduciendo en la mente de nuestros hijos la idea de que no es necesario obedecer a la autoridad.

¿Qué nos toca hacer?
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