La Gran Responsabilidad de Ser Varón
 

Llamado a ser líder de la familia
 

Por: Dr. Salvador P. Cárdenas

El hombre está ligado a ciertas características que su propia naturaleza de hombre le implican y que le hacen diferente de la mujer. No me refiero a que alguno de ellos sea mejor que el otro, sino que son diferentes física, hormonal y emocionalmente.

La mujer tiene ciertas características propias de su sexo y el hombre tiene las suyas. Hay que entenderlas y saber compaginarlas para que una pareja pueda funcionar adecuadamente. Si el hombre está consciente de lo que como hombre debe hacer, y la mujer está consciente de lo que como mujer se espera de ella, los hogares podrán funcionar de manera más adecuada y correcta, de otra manera habrá muchos conflictos que bien podrían evitarse.

Por ejemplo, el hombre está ligado a un papel de liderazgo al cual tiende de manera natural; es normal y cualquier estudio médico en la materia confirmará estas palabras. Los niveles de testosterona, la hormona masculina, le dan cierto carácter e impulso a buscar el liderazgo en cualquier momento y circunstancia.

Lamentablemente, ese liderazgo que naturalmente hay en el hombre no se ejerce o se ejerce de forma incorrecta o inadecuada. Me refiero a que ese liderazgo se utiliza en ocasiones para fomentar un autoritarismo irracional, fuera de contexto. El hombre cree que es líder porque grita, porque tiene la fuerza física, porque es quien tiene el dinero.

El verdadero liderazgo debe estar basado en el servicio, amor, prudencia y sabiduría para guiar un hogar. Por otra parte, a veces el hombre no ejerce ese liderazgo porque le falta el contexto de autoridad moral para ejercerlo. Muchas veces el hombre se gasta el dinero en el alcohol, no cumple con su trabajo o no provee en lo económico y es tan irresponsable en su forma de ser que le resta autoridad moral para ejercer el papel de líder.

Le es más fácil no ejercerlo para no comprometerse moralmente con su familia, le es más cómodo dejar su papel de líder para seguir en una vida desordenada y no comprometida. Prefiere no amar, simple y sencillamente.

Para ser líder se necesita amar, pero ¿a qué amor me refiero? Al que sabe servir y ayudar, ser amable y trabajador. Ese es el amor que se espera de cualquier hombre en el contexto familiar, es lo que le da autenticidad al liderazgo a que está llamado a ejercer dentro de la familia.

Es importante que los hombres entiendan que ese liderazgo debe estar basado en el servicio y en el amor y no en el autoritarismo, la fuerza física o la manipulación. El hombre está llamado a ser líder con el fundamento de servir y amar a su familia.

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