La Gran Responsabilidad de Ser Papá
 

Muchos machos, pocos padres
 

Por: Dr. Salvador P. Cárdenas

En nuestro tema anterior, hablamos del significado de la masculinidad, o sea, de lo que realmente significa ser varón. Entendiendo pues, lo que significa ser hombre, se puede entender mucho mejor lo que se espera de un hombre en su papel como padre.

El papel de padre en nuestra sociedad está tan devaluado como el concepto de ser hombre. Podríamos decir que la imagen actual del padre en muchísimos hogares es la siguiente:

Papá es alguien que grita, que casi nunca está en casa y cuando está, habitualmente se relaciona con enojos y gritos, alguien que no sabe ser amigo de la familia, que los domingos ve el fútbol y que da dinero.

Es una penosa realidad la imagen que en muchas familias se tiene del padre. Evidentemente esta imagen dista mucho de la verdadera paternidad.

En países como México, donde el machismo ha distorsionado totalmente la esencia del verdadero carácter masculino, los verdaderos padres lucen por su ausencia. Hay muchos machos, pero hay pocos padres.

Lejos de ser el padre aquella persona que brinda a la familia protección, amistad, fidelidad, dirección… la realidad es que representa en muchos hogares un peligroso enemigo para la familia.

Y esto sucede cuando el hombre no sabe relacionarse y ser amigo de los miembros de la familia, cuando no sabe ser amable y servicial, y se vuelve agresivo, distante, ofensivo, lejano a la familia.

En nuestra sociedad es muy frecuente que tanto hijos como hijas, con el pasar de los años, acaben amando a sus madres y aborreciendo a sus padres. Esto no debe ser así; sin embargo, es un amargo fruto de la realidad en los hogares. Analicemos lo común:

¿Cuál es la imagen de la madre? Una mujer abnegada, que todo lo sufre, que está siempre dispuesta a servir a los hijos, dispuesta a perdonar al padre.

¿Cuál es la imagen del padre? Un hombre distante, gruñón, gritón, que no sabe convivir con la familia.

Esto provoca que los adolescentes y los jóvenes aborrezcan al padre y tengan buenos sentimientos hacia la madre.

Recuerdo el caso de un joven que conocí en una entrevista familiar: este joven tenía serios problemas con las drogas (inhalantes y alcohol) y con su conducta agresiva e irresponsable en la escuela. Este joven de 14 años se veía realmente triste y vacío, sin un rumbo en la vida, sin metas o propósitos. Sólo sobrevivía en un mundo que le había dado la espalda.

Cuando platiqué con él, le hablé de la posibilidad de cambiar su estilo de vida, le di una esperanza, le hablé de que él podía encontrarle un sentido a la vida. El joven se ilusionó, hasta lloró, dijo que él quería cambiar realmente, que necesitaba ayuda. Sin embargo, cuando toqué el asunto de sus padres, su cara cambió. Él expresó aborrecimiento absoluto hacia su padre. Él me decía: “Cuando lo necesité, él nunca estuvo conmigo. Él solamente sabe gritar y amenazar.

Fue muy difícil ayudarlo en esta situación, pero yo entendía que este joven estaba así porque no tenía una imagen paterna correcta que fuera cercana a él y lo ayudara en los momentos en los que cualquier adolescente necesita ser ayudado.

Cuando él necesitó la ayuda, no tuvo la confianza para acercarse a su padre. Cuando necesitó una mano que lo sostuviera, alguien que le diera un empujón para adelante, no fue su padre. Él buscó refugio en los amigos, acabó profundamente amargado contra su propio padre, sin deseos de buscarlo y platicar con él.

Yo espero que los padres que lean este tema, tomen en cuenta estas palabras: Tú no sabes lo que significas para tu hijo.

No son máquinas, son hijos y necesitan tu amor
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