Heridas Emocionales
 

Necesitas libertad
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Jesucristo sabía que una de las grandes necesidades del ser humano para poder ser libres, para poder experimentar el perdón mismo de Él, era la necesidad de perdonar.

Mateo 6: 12 dice: “Y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”

Muchas personas viven lejos de Dios como si hubiera una gran división entre Dios y ellos, como si hubiera una gran división entre la paz y el amor de Dios, y esos corazones heridos y resentidos que no desean perdonar están atrapados en el odio. Una gran división existe.

El mismo Señor Jesucristo continúa diciendo en Mateo 6: 14 y 15: “porque si perdonáis  a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”

Muchas personas se sienten hoy tristes, solas y abandonadas. Experimentan sentimientos adversos en sus vidas; sentimientos de culpa, frustración, desasosiego, inquietud interna. Aún en la risa tienen dolor en el corazón.

Perdonar es importantísimo. Es olvidar el daño recibido, es estar dispuesto a no tomar en cuenta el daño que te han hecho. Depende de ti.

Está en ti el poder de la voluntad para decir hasta aquí, ya basta, ya no voy a guardar más odio contra esta persona.

Jesús hoy te llama a perdonar, a ser libre. Te dice que si tú perdonas entonces tu Padre celestial te perdonará a ti todas tus ofensas. Pero si no perdonas habrá una gran distancia entre tú y Dios y eso solamente agravará más  tu condición.

La esperanza para salir de toda esta situación está en Cristo Jesús el cual, cuando vea tu corazón dispuesto a perdonar te dará el poder para ser libre  de ese rencor. Sentirás cómo, al poner tu confianza en él exclusivamente, encontrarás una paz, armonía, gozo verdadero que siempre estará acompañándote. Esos sentimientos de sufrimiento y angustia desaparecerán de tu vida.

Por eso es importante que tu confianza sea en Cristo Jesús. Que Dios te bendiga.

El alma sufre heridas
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