¡Quiero ser libre!
 

¡Actúa, por favor actúa!
 

Por: Lic. Alma Gallardo

Denuncia el maltrato, denuncia la violencia. Sé libre! Haz un cambio por tu vida y por la de tus hijos. Pero no lo hagas con temor, hazlo por amor. Ten confianza.

Cuánto anhelamos que abras tus ojos y quieras realmente cambiar, por un motivo correcto: por amor, por dignidad y por justicia.

Si tú hoy decides lo correcto, si realmente quieres que las cosas cambien. Quiero decirte que no estás sola. Créeme, muchísimas mujeres han dado este paso decisivo y hoy viven en libertad, son felices con sus hijos. Saben que hicieron lo correcto. Ninguna de ellas se arrepiente. Ahora es tu turno. Te toca a ti ser valiente en estos momentos y enfrentar la vida con valor.

Debes salir adelante, prepárate, realízate como mujer y como madre. Ama a tus hijos y defiéndelos. Llega por ellos hasta las últimas consecuencias y no los abandones.
Dedícate a tus hijos, ámalos, date a ellos. Disfrútalos. Disfruta con ellos nuevos años de alegría, de amor, de entusiasmo juntos.

Dile “hijo esto ya terminó. Se acabaron los años malos. Perdóname, quiero comenzar de nuevo contigo. Voy a darte todo mi amor para que salgas adelante. Ahí voy a estar contigo. Quiero ser tu amiga, te voy a defender y vamos a salir juntos adelante”.

Cuánto necesitan tú y tus hijos recuperarse de todos esos traumas que sufrieron. Ojalá no sea demasiado tarde y puedas rescatar el corazón de tus hijos.

Busca ayuda, asesórate en instituciones serias y comprometidas. Busca apoyo con un buen consejero familiar y un buen asesor legal. Busca apoyo médico o psicológico probablemente desarrollaste algún trastorno emocional, gástrico, depresión o estrés postraumático. Sal adelante, hay esperanza.

Estudia, lee, tienes mucho qué leer, mucho qué cultivarte, para que salgas adelante tú y para que saques a tus hijos adelante. Prepárate, conoce tus derechos. Conócete a ti misma: aprende a reconocer tus debilidades, pero también tus virtudes, tus talentos. Te va a sorprender la gran capacidad que tienes como persona.

Sin que caigas en la vanidad, arréglate, arregla tu cabello, tu persona, recupera los kilos que perdiste por tanta angustia, o si es tu caso, baja esos kilos demás que en tu depresión subiste. Haz ejercicio y cambia tu alimentación, lleva una dieta saludable. Todo esto te ayudará en parte, a recuperarte.

Y algo muy importante: alza tu mirada. Mira al cielo, busca a Dios. Si hay alguien en quien ahora puedes confiar, alguien que nunca te ha fallado ni te va a fallar. Es Dios, a través de Jesucristo Su Hijo.

¡Es posible cambiar!
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