La madre de familia y sus errores más frecuentes
 

Madres consentidoras y proteccionistas
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

Otro error muy grave que cometen las mujeres, independientemente del matriarcado, es que muchas mujeres se vuelven madres consentidoras y proteccionistas a ultranza de sus propios hijos e hijas.

Este es uno de los errores más grandes que se pueden dar en la educación de los hijos. Lo que menos necesitan nuestros hijos es un contexto de ser consentidos, y de ser sobreprotegidos.

Es importante que las mamás que están leyendo este artículo, abran los ojos. De nada sirve un carácter delicado, de nada sirve un carácter consentido en nuestros hijos. De nada les va a servir, para poder enfrentar un mundo cada vez más exigente, un mundo cada vez más complicado al que nuestros hijos se tienen que enfrentar.

Todos sabemos que el mundo es cada vez más exigente y más complicado y para eso se necesita criar hijos con carácter, hijos que sepan valerse por sí mismos, hijos que sepan enfrentar problemas y que los sepan resolver, hijos que se hagan responsables de sus propias acciones.

Esa debe ser la mentalidad de las madres al estar en contacto con sus hijos.

Yo no estoy diciendo con esto que una madre no pueda en un momento dado apapachar a un hijo, que no pueda en un momento dado decirle que lo quiere mucho y que lo abrace, y que le dé besos.

Qué bueno que eso pueda suceder, pero por otro lado, debes estar totalmente segura que tu trato en términos generales con tu hijo o con tu hija no debe restarle esta formación de carácter tan necesaria para salir exitosos en esta vida.

Y cuando me refiero a “exitosos” me refiero al amplio sentido de la palabra: exitosos como individuos, como hombres, como mujeres, como padres o como madres, con sus responsabilidades en todos los sentidos.

No me refiero a que sean personas ricas y millonarias, sino al éxito de la condición humana, o sea, exitosos como seres humanos.

Si tú quieres que tu hijo o tu hija tengan éxito en la vida como seres humanos, lo más importante que tú puedes heredarle como padre o como madre, es la formación de un carácter que sabe sobreponerse a los problemas, que sabe salir adelante, que no se le cierra al mundo, que no tienen un carácter chiqueado, ni delicado, sino que saben batallar, saben pelear sus ideales y saben pararse por la verdad y por los valores.

Se necesita carácter para vivir la vida en este mundo. Las personas que no tienen carácter, fracasan en su vida, en lo individual, en sus estudios, en el matrimonio, en la crianza de los hijos.

Fracasan en todo, porque para tener éxito en este mundo se necesita carácter, y la mejor forma de criar hijos sin carácter, es que los hijos se encuentren con una madre consentidora y apapachadora que no les enseñe a se responsables, que no les exige ni les impulsa hacia delante, sino que pretende resolverles todo, pretende quitarles la culpa de cualquier acto incorrecto que hagan, los defienden a ultranza, no los hacen responsables de sus acciones.

Si tú eres una madre que actúa de esa forma, tú les estás dando un aventón bastante eficaz a la mediocridad y al fracaso como seres humanos a tus propios hijos.

¿Es importante amar a los hijos? Claro, es importante, pero jamás a expensas de quitarles ese carácter responsable y necesario para enfrentar la vida.

En nuestro contexto, en nuestra sociedad, hay muchísimas mujeres consentidoras y proteccionistas que cuando el maestro envía alguna nota diciendo “su hijo está portándose mal”, inmediatamente la mujer se ofende, en lugar de ver que sí es posible que el hijo esté actuando mal.

Y los hijos empiezan a entender que a pesar de que tengan una mala conducta, siempre habrá alguien que responda por ellos y no ellos mismos.

Qué mal haces mujer, cuando tú actúas de esa forma. Estás criando un hijo sin carácter, a una hija sin responsabilidades y de nada les va a servir ese carácter para sobrellevar y enfrentar la vida que tenemos que vivir en este mundo, en esta realidad que tenemos.

Entonces, mucho cuidado en convertirte en una madre consentidora o proteccionista.

La “resuelve todo”
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