El Adulterio I Parte: Sus mitos y verdades
 

Primer mito: “Sólo es algo sexual”
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Primeramente, el primer mito que explica él acerca del adulterio es el siguiente: Dicen los adúlteros: “El adulterio solamente es algo sexual”.

 Muchas personas dicen que el cometer el acto de adulterio es solamente buscar placer sexual, o es algo que tiene que ver solamente con el acto sexual. Sin embargo, es lo opuesto en la mayoría de las ocasiones cuando se da un adulterio.

        Muchas veces los adúlteros se encuentran satisfechos sexualmente en el matrimonio; es decir, no es por insatisfacción sexual que cometen adulterio.

        La razón más bien es que hay varias necesidades básicas (que vamos a mencionar más adelante) y cuando no son suplidas en el hombre o en la mujer, abren un vacío altamente peligroso para que se incrementen las probabilidades del adulterio.

        Comúnmente el hombre o la mujer que están en una relación adúltera buscan satisfacer algo más que una relación sexual. Algo cuya satisfacción no encuentran en el matrimonio.
Estamos entrando en una realidad dolorosa y vergonzosa, pero si queremos defender a la familia de este golpe mortal necesitamos hablar de él con franqueza, con estadísticas y con bases que puedan fortalecer.

        El primer mito es falso y ahora entendemos que el adulterio no es algo que solamente tiene que ver con la relación sexual. El que una persona sea bonita, agradable, guapa o sensual, no es el asunto más importante.

        Las personas envueltas en adulterio usualmente no buscan a una pareja fuera del matrimonio porque sea más bonita, guapo o más sensual que su cónyuge. A veces la escogen porque requieren satisfacer alguna necesidad que no encuentran en el matrimonio.

        Con esto no quiero justificar el acto del adulterio por ninguna razón. Estoy dando a conocer el por qué de la conducta del adulterio en muchos de los casos. Las personas insatisfechas en algunas de las necesidades básicas del matrimonio andan en esa relación adúltera con mucha frecuencia y eso es muy doloroso.

        Hay personas que pueden sostener un adulterio por muchos años y cuando la mujer descubre que su esposo la engañaba, se da cuenta que no es de 6 meses para acá, a veces son 2, 4, 10, o 15 años.

Frank Pitman encontró una razón muy común en el estudio personal de sus propios pacientes que cometen adulterio:

        “La razón era simplemente encontrar un amigo con quien pudieran tener intimidad, conversación, compañerismo, amistad, que no tenían en su propio cónyuge.”

        Así, muchísimas personas realmente se enamoran de otra mujer o de otro hombre, y no están buscando lo sexual solamente. Pero aquí el punto es que los consejeros matrimoniales concluyen en que esos “amoríos del corazón” son más tercos que aquellos de carácter solamente sexual o físico.
 
        Son romances tercos. Ten mucho cuidado tú como mujer, como hombre, de no albergar en tu corazón romances o fantasías acerca de virtudes que ves en otro hombre y que no tiene tu esposo o tu esposa, porque se puede volver algo más terco aún que la relación sexual.

        Lo anterior se observa con frecuencia en el sexo femenino. Las mujeres a veces se ven inclinadas a dejar a sus maridos cuando sienten un fuerte lazo emocional con otro hombre.

        En la consejería familiar y matrimonial he encontrado que muchas mujeres llegan al adulterio por un lazo sentimental: “Él sí me comprende, me escucha, él no es como mi marido, él me da afecto, me protege…”.

        Lamentablemente esto se trata de un mito, una fantasía que hay en la cabeza de muchísimas personas.

Segundo mito: “Es una debilidad”
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