El Adulterio I Parte: Sus mitos y verdades
 

Segundo mito: “Es una debilidad”
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El segundo mito del adulterio es: “Soy débil de carácter”. Este es un engaño que usan también quienes viven el problema de adicción a las drogas o al alcohol, diciendo: “es mi debilidad”.

        Pero contrario a esto, podemos ver que muchísimos hombres y mujeres que no cometen adulterio son fuertes de carácter. Simplemente sus conciencias les dictan que ese acto es sumamente destructivo y contrario a la naturaleza, contrario a los principios morales.

        El adulterio afecta en una forma dramática a los hijos cuando alcanzan la etapa adulta. Hijos que vivieron en una familia donde se enteraron que papá o mamá cometió adulterio, al llegar a la etapa adulta son afectados tanto como en el divorcio y tienen una gran influencia por el mal ejemplo que vieron en su padre o en su madre de cometer adulterio, e imitan su conducta.

        En una ocasión, un hombre muy angustiado vino   a   buscarme   en   la   consejería   familiar   y matrimonial, y me dijo:

        “Doctor, quisiera abrirle mi corazón. Tengo un problema serio, ayúdeme. Acabo de descubrir que mi esposa anda saliendo con sus amigas a divertirse y a veces a lugares poco morales como una discoteca… sospecho que me engaña, y mis hijas también se han vuelto muy rebeldes, llegan tarde a la casa y algunas de ellas llegan muy noche con su novio, sospecho que también están cometiendo actos inmorales.”

        Cuando yo escuché hablar a ese hombre me llené de compasión por él porque dije: “¡Caray, este hombre está viviendo un infierno!” Pero mi intuición personal me llevó a hacerle la siguiente pregunta: “¿Cuántas veces le ha sido usted infiel a su esposa?” Y él vaciló unos momentos, trató de recordar y dijo:  “Aproximadamente en 5 ocasiones…”, y mi contestación fue: “Pues lamentablemente, usted está cosechando lo que sembró.”

        Hay un principio, una ley en la naturaleza: cuando tú siembras frijol, cosechas frijoles; igual cuando tú siembras elote, cosechas elote. De la misma manera, cuando un hombre siembra en su

vida adulterio, tiene una alta posibilidad de cosecharlo en su esposa y en sus hijos.

Aun la ley moral de Dios dice: “No os engañéis, Dios no puede ser burlado; todo lo que el hombre sembrare eso también cosechará.”

        No es cualquier cosa cometer adulterio, es muy delicado porque lo vas a cosechar donde más te duele.

        Usted no se imagina que la mayoría de las ocasiones que he aconsejado a personas que han experimentado traición conyugal, he visto que fueron ellos los primeros en hacerlo, quiero decir, ellos dieron el mal ejemplo a su esposa.

        Muchas mujeres por despecho cometen adulterio contra su esposo, porque se saben engañadas. Otras mujeres por venganza, por traición. Muchos hijos cuando ven que el padre es adúltero pierden el respeto a las mujeres, a sus esposas y posteriormente terminan en adulterio.

        Así que no digas: “Soy débil de carácter”. Más bien di: “Quiero ser fuerte de carácter y guardar a mi familia, y a mi esposa. Voy a velar por la integridad de mis hijos en una verdadera relación sana en la familia.”

Tercer mito: “Es curativo, le da vida al matrimonio”
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