Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El doctor William Harlley, ha encontrado que los matrimonios que fallan en suplir algunas de las necesidades básicas de la pareja, son más vulnerables al adulterio.

        Es impactante y alarmante cómo el esposo o la esposa cuyas necesidades no están cubiertas dentro del matrimonio, trata de buscar suplirlas por fuera, dando lugar a una aventura extramarital que desde luego no es justificable.

        Entremos pues, a estudiar primeramente las necesidades básicas de ella, que debe cubrir su marido en el matrimonio para prevenir el adulterio.

        La primera necesidad de ellas en el matrimonio no es el sexo, sino el afecto. Esto es algo muy importante. La palabra afecto significa amor, cariño.

        Cuando el hombre le prodiga afecto a su esposa, le transmite seguridad, protección, consuelo, ser aceptada por él.

        Cuando el hombre le muestra a su esposa el afecto, por ejemplo, toma el teléfono de la oficina y le llama: “Mi amor, sólo llamé para saber cómo estás.” Eso es una muestra real de afecto. Le está dando este mensaje: Te amo, me importas, me interesas, me preocupan tus problemas, quiero ayudarte a resolverlos.

        El varón puede estar proveyendo a la mujer esa relación sexual continuamente, pero cuando no hay afecto aún la misma relación sexual no suple la necesidad más básica de la mujer en el matrimonio que es el sentirse amada, aceptada, que su marido la proteja, se interese por ella, la tome en cuenta, se sienta orgulloso de ella.

        La conversación.Qué importante es para la esposa ser escuchada y poder comunicarle al esposo sus necesidades, sus inquietudes, sus emociones, sus problemas.

        La primera queja en la consejería matrimonial es la falta de comunicación. Un estudio de una encuesta de más de 5 mil mujeres de 22 a 55 años que se llevó a cabo en España, declaró que el 80% del problema que tienen en casa con su esposo nace de la falta de comunicación.

        No se te olvide que la comunicación es una calle de 2 sentidos: es hablar pero también saber escuchar, y las esposas necesitan ser escuchadas por sus esposos. Cada esposa necesita que su esposo le hable, pero también necesita ella comunicar.

        Cuando un hombre es sabio y quiere preservar su matrimonio del adulterio tendrá mucho cuidado en establecer un lazo, un puente de comunicación entre el corazón de él y el de ella y creo que el puente más seguro y demostrado es la comunicación.

        ¡Cuántas mujeres se quejan de que sus maridos no las escuchan! Muchas de ellas llegan diariamente a la consejería frustradas de no sentirse escuchadas por sus esposos, de no tener el apoyo, el consejo en el momento oportuno, de que el esposo es una persona que no le gusta hablar.