Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

        Cuando el adulterio golpea a la familia es devastador. Aun los mejores matrimonios luchan por sobrevivir a ese golpe pero nunca será igual.

        Ya hemos dicho que 50 a 70% de todos los matrimonios en Estados Unidos terminan en divorcio. Las cifras son igualmente alarmantes en América Latina y en otros países occidentales.

        Dentro de la última década se han incrementado en una forma alarmante los incidentes por adulterio. De un 50 a un 70% en los Estados Unidos. México, es uno de los países con mayor índice de adulterio también.

        Algunos especialistas comparan el adulterio con la muerte de la familia. Se envuelve muchas veces a los hijos, a esposas, a seres queridos, trayendo sobre ellos vergüenza y humillación.

        Los consejeros familiares coinciden en lo siguiente: que los matrimonios fallan no porque estén destinados al fracaso sino porque no hay un compromiso en el esposo o en la esposa o en ambos, ni paciencia para luchar en los desacuerdos que surgen dentro del matrimonio.

        Algunos especialistas dicen que las siguientes son las causas en el cónyuge que lo atraen hacia el adulterio:

• La relación sexual
• La compañía
• Admiración por la persona con la cual adultera
• La novedad o emoción de querer hacerlo
• Porque todos lo hacen
• La curiosidad 
• El enamorarse
• Un deseo por escapar de una relación dolorosa
• El aburrimiento
• Castigar al cónyuge cuando no le da atención

Tenemos también influencias sociales que operan en muchas familias llevándolas al adulterio, como las siguientes:

• Películas y novelas con amoríos que exaltan el adulterio,  donde al  adúltero se  le  ve como el héroe de la película.
• Libros de romance.
• Shows en vivo o en televisión
• Figuras importantes como políticos, artistas, millonarios, que salen en los encabezados de las  revistas o diarios hablando de sus adulterios  o sus nuevos romances.
• El bombardeo sexual a través de los medios de comunicación.
• La falta de educación sexual en la familia.

       Los padres son responsables de educar sexualmente a sus hijos. Instruirlos en cuanto a que la relación sexual antes del matrimonio es dañina, que existe la fidelidad, que hay un sinnúmero de enfermedades venéreas entre ellas el SIDA que pueden afectarles.

        Que ellos sepan que el sexo promiscuo antes del matrimonio puede producir en ellos una pérdida de dignidad, y que también los hace más propensos a fracasar en su propio matrimonio.

        Pero algo muy importante que quisiera recalcar en estos momentos es que no hay una sola razón para que uno de los esposos cometa adulterio, ni una sola.