El Adulterio – III Parte: Sus terribles consecuencias
 

He adulterado… ¿qué debo hacer?
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

        Nuestro propósito es ayudar a la familia. Si tú eres un adúltero debes meditar en lo siguiente y hacerlo cuanto antes:

        Debe haber un cambio total de conducta. Debe haber en tu vida un arrepentimiento, o sea, un cambio de mente con respecto a tu conducta: que ahora sea correcta, que abandones esa práctica perversa de adulterio, y te vuelvas a Dios.

        Haz a un lado tus placeres egoístas. Dios te manda que busques el bienestar de los demás por encima de tus propios placeres. Para eso tenemos la regla de conducta más segura en la cual podamos nosotros caminar, que son las Sagradas Escrituras.

        Toma una decisión real de abandonar todo intento de adulterio, aun cuando estén las tentaciones fuertes en tu corazón y no se haya cometido todavía el acto carnal.

        Renueva ante Dios esos votos de fidelidad hacia tu cónyuge. Debes ver el matrimonio como un compromiso sagrado que adquiriste ante Dios, hacia tu pareja.

        Debes buscar el perdón de tu cónyuge y si él está dispuesto a perdonarte, entiende, no lo vuelvas a hacer jamás porque entonces no habrá seguramente una segunda oportunidad para ti.

        Debes hacer un esfuerzo serio y verdadero de vivir una vida recta, donde puedas prevenir todo aquello que pueda llevarte a relaciones provocativas con un hombre o con una mujer que te dirija al adulterio. Sé muy prudente

        Obedece la Palabra de Dios. Está dispuesto a someterte a la regla de conducta moral más precisa que hay, las Sagradas Escrituras, obedécelas; si guardas la Palabra de Dios ésta te guiará a una vida recta, a un camino limpio donde no habrá adulterio.

        Fortalece tu matrimonio. Profundiza tu relación con tu esposa; conversa con ella, ten diálogo,  bríndale afecto y cariño, prodígale las necesidades económicas que necesita, sé su mejor amigo y confidente, para que ella pueda expresarte sus luchas y puedas entender cuáles son sus debilidades y guardarla así del peligro terrible del adulterio.

        Inicia una relación personal con Dios. Por encima de todas estas cosas, una relación personal con Dios por medio de Cristo Jesús te ayudará porque podrás unirte a la fuente del amor precioso de Dios que dice: “El amor no hace nada indebido, el amor no busca lo suyo”.

        ¿Estás anidando en tu corazón pensamientos incorrectos hacia una mujer? ¿Estás siendo acechado por una aventura amorosa fuera del matrimonio? Deséchala. ¿Qué harás tú el día de hoy?

        El adulterio está cobrando muchísimas vidas, destruyendo muchísimos matrimonios, es una plaga que se disemina rápidamente en muchísimos hogares. No perdona, es una herida que causa furor, que causa celos amargos, disputas interminables y desintegración familiar.

Guarda tu corazón
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