Cómo enfrentar el dolor del adulterio
 

¿Cómo actuar al descubrir el adulterio?
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

1. No debe fingirse que nada se sabe. Algunas mujeres se hacen las que no saben nada porque les da temor enfrentar el asunto y prefieren vivir en la mentira e ignorando el caso porque eso conllevaría a la necesidad de tomar decisiones.

Cuando se actúa de esta forma, es una manera de perder la dignidad puesto que ya no estás motivado por amor sino por temor. El temor no es algo que en sí mismo dignifique, el temor es algo que denigra. Cuando el temor te lleva a no enfrentar una realidad, a acobardarte y aceptar cosas que no debes de aceptar, eres denigrado.

Lo primero que debe hacer una persona que sabe que es víctima de una infidelidad es enfrentar el asunto. Lo que menos debes hacer es pelearte y agarrarte con la otra persona, sino tranquilizarte y hablar el asunto.

Sé que a veces es complicado porque los sentimientos están heridos y a veces la cabeza no piensa, pero si quieres hacer las cosas bien, mantén la cabeza lo más fría posible para que puedas hablar y exponer las cosas. Hay que enfrentar el asunto aunque no sea agradable; es una necesidad y un deber hacerlo.

2. En ocasiones, lo más recomendable es el perdón y la reconciliación. Debe de haber argumentos para poder perdonar y ser reconciliados. Hay personas que tienen temor a vivir solos y les urge reconciliarse y perdonar sin tener en medio un fundamento para hacerlo.

Ese fundamento debe de ser una verdadera restitución de parte del que ha agraviado, un apartarse de sus hechos. Si una persona otorga la reconciliación sin tener como fundamento que la otra se aparte de eso, lo único que estás haciendo es que te lo vuelva a hacer. Por la forma tan imprudente de reconciliarte, tú misma te estas poniendo la soga al cuello.

Aquí lo importante es que cuando el que cometió infidelidad es transparente, confiesa lo que hizo y abandona ese acto infiel aislado, (sin tener un historial de adulterios y pedir perdón, adulterios y pedir perdón…) sea reconciliado con su familia y continúe el matrimonio. Creo que es lo más recomendable.

Para esto, la palabra de la persona que está pidiendo perdón debe de tener credibilidad. ¿Qué credibilidad puede tener la palabra de un hombre que ha hecho eso veinte veces?

De hecho la credibilidad de la persona que lo ha hecho una vez ha sufrido un deterioro puesto que prometió al casarse ser fiel hasta el final. Pero se puede actuar de forma benigna y creer que la persona se va a apartar de eso por cuanto lo está diciendo, por cuanto se abandona el acto.

Es entonces cuando se puede aceptar la petición de perdón y buscar una reconciliación.

Por supuesto que la persona que agravió tiene una obligación moral, pero también física. Moral me refiero a darle credibilidad a su palabra, a no volverlo a hacer jamás, a apartarse totalmente de la infidelidad, pues en caso de recaer en lo mismo, ¿cómo se le va a volver a creer? Sería muy complicado creer en la palabra de esa persona, sea hombre o mujer.

3. También la persona que fue infiel tiene una obligación en el aspecto físico o médico. En el mundo moderno de hoy hay muchas enfermedades de transmisión sexual. Algunas de ellas son muy graves, otras no tanto.

Pero las graves son potencialmente mortales como puede ser el SIDA. Es entonces una obligación moral garantizar la salud física de la persona agraviada. Se deben realizar exámenes médicos que descarten que la persona tenga cualquier tipo de infección. Para esto se puede tener asesoramiento médico. Es muy importante que se haga esto para que haya una reconciliación.

Imagínate que te reconcilias con tu esposo y lo perdonas así sin asegurarte de estas cosas, él agarra un SIDA y ahora te lo pasa a ti, y resulta que tienen hijos que después se quedarán sin papá y mamá, todo por otorgar un perdón y una reconciliación sin tener el fundamento médico.

La persona que realmente se ha arrepentido de ese acto debe mostrar esa forma diferente de ver la vida, garantizándole seguridad a su esposa o esposo.

Es entonces muy recomendable el realizarse una serie de exámenes médicos que garanticen que la persona está exenta de enfermedades de transmisión sexual. No vaya a ser que la reconciliación salga demasiado cara y al rato la mujer tiene una infección fuerte en su aparato genital o una infección sistémica como el SIDA, una infección tan incómoda y dolorosa como es el herpes o hasta quedar embarazada y al mismo tiempo transmitir una infección al beber que esté esperando.

Si fuiste víctima, ¡debes perdonar!
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