La desdicha de un adúltero
 

La corrupción de tu alma
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

Continuamos analizando el estado corrosivo que empieza a presentarse en la vida del adúltero:

  • Cae en hipocresía y en auto-engaño. Empieza a pensar acerca de sí mismo con muchas justificantes acerca de su adulterio y se empieza a engañar con frases como: “Es que estaba muy chico cuando me casé y por eso no sabía”, “Es que la esposa con la que me casé no resultó ser lo que yo quería que fuera” y empieza a adquirir una serie de argumentos y disminuir ese sentido de culpabilidad. La verdad, mi querido amigo, no existen justificaciones para cometer adulterio.
  • Empieza a aborrecer a su propia pareja luego de haber roto su pacto con Dios y con su pareja. Esto es un mecanismo psicológico bastante patológico que sucede cuando la persona, que está teniendo un sentimiento de culpa muy importante, empieza a experimentar. La persona empieza a ver muchísimos defectos en su pareja, ya sean físicos, emocionales y hasta de inteligencia. Empieza a decirle a su esposa eres una “tonta” y palabras ofensivas para justificar su postura en el adulterio.
  • Comienza a llenarse de rencor, la persona adúltera en contra de la víctima. El marido adúltero empieza a echarle la culpa de todo a la esposa y entonces dice que ella tiene la culpa de lo que ahora él está viviendo. Qué triste que aquel que debiera estar avergonzado por sus acciones, empiece a guardarle rencor a aquella a quien está ofendiendo.
  • Empieza a entrar en una rebeldía para con Dios. Él sabe claramente que Dios no permite el adulterio, aunque no lea la Biblia, por el mismo sentido de justicia que todos los seres humanos tenemos en nuestra conciencia. La persona sabe que sus actos son malos y, si la persona sabe que existe Dios, empieza a entrar en una rebeldía con Dios. Sin embargo, muchas veces las personas persisten en su vida de adulterio y aún aquellos que dicen ser cristianos o católicos.
  • Se burla de la sociedad en la que vive. Usted y yo formamos parte de la sociedad. El adúltero es un mal ejemplo para la sociedad, no es un ejemplo digno de imitar, podrá ser una persona muy realizada en lo económico, en lo académico, en lo laboral, pero, si es una persona que comete y vive en adulterio, es una persona que con su conducta está enseñando a los demás a mentir. Está enseñando que no hay valores morales qué defender, sino que todo es relativo según nuestros propios deseos, motivaciones personales y egoístas.
  • Se vuelve desvergonzado. En un principio cuando cometía adulterio, la persona quizás se cuidaba mucho para no ser descubierto. Posteriormente con el tiempo, su conciencia empieza a entrar en un estado de endurecimiento muy grave de tal forma que ya no le importa hacerlo abiertamente y lastimar a sus hijos y esposa.
  • Entra en incredulidad, y quita a Dios de en medio totalmente, la persona empieza a ya no creer en Dios. El pecar contra las personas (en este caso contra el cónyuge) (o) denigra moralmente al adúltero y se le hace cada vez más difícil creer en Dios.
  • Entra en cobardía. La persona que no sabe enfrentar sus propios hechos, se vuelve un mar de excusas, de evasiones, no quiere platicar con su esposa, pedir perdón y hacer frente a todas las cosas que ha hecho.
  • Tiene un problema muy fuerte de lujuria en su corazón. Esto hace que empiece a ver a las demás personas como meros escalones para satisfacer sus necesidades sexuales, ya no ve los sentimientos de las personas, ni la dignidad que una persona debe de tener, solamente se centra en el cuerpo. Está cegada por cuestiones sexuales, se corrompe su forma de ver la vida.
  • Destruye las relaciones afectuosas que normalmente tenía. En primer lugar con su esposa y en segundo lugar con los parientes de su esposa. El adulterio lastima a otras personas, pero esto no le interesa al adúltero.
  • El adulterio impide la felicidad. El adúltero es una persona profundamente egoísta, que no le importa su esposa, ni sus hijos; lo que le importa es obtener un momento de placer sexual. La felicidad va a huir de ti. Así como cuando persigues una sombra, tú, de adúltero, vas a perseguir la felicidad y nunca la vas a alcanzar, así como nunca puedes alcanzar tu propia sombra.

La verdadera felicidad del ser humano no consiste en la abundancia de los bienes que posee materialmente, ni en las muchas mujeres que pueda tener o en las muchas cosas que pueda obtener para satisfacer sus propios deseos.

La verdadera felicidad del ser humano consiste en conocer a Dios, en amarlo de todo corazón, en obedecer sus mandamientos y en amar a su prójimo como a sí mismo. ¿Y quién es tu prójimo más cercano a ti si no es tu esposo (a)?

Después de Dios, a quién más debes de respetar es a tu cónyuge.

La Biblia dice “No cometerás adulterio”. Guarda tu alma, no la corrompas. Defiende tu propia vida, tu vida familiar; ama a Dios y guárdate de estas cosas que pareciera que el mundo entero quiere practicar. Guárdate de adulterios y fornicaciones.  Que Dios te bendiga.

La corrupción de tu alma
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