Por: Dr. Salvador Cárdenas

Además nuestros hijos necesitan algo muy primordial que es el amar, respetar y ayudar a los demás seres humanos que puedan estar necesitados de ese amor, de ese respeto o ayuda.

Nuestro mundo es cada vez más individualista, por el mismo materialismo que se está viviendo. Tú sabes muy bien que este mundo es extremadamente materialista.

La gran maestra televisión enseña todos los días a tener autos nuevos, casas nuevas, ropa nueva, plumas caras. Enseña que el éxito es tener, tener y tener y que tú en lo individual seas feliz, esa es la filosofía moderna actual.

Mientras que el amar, el respetar y ayudar, no es muy importante y no sirve de gran cosa, que esos son valores anticuados, que no tienen razón de ser en el mundo moderno y que lo importante es la realización personal.

Pero quiero decirte algo y deseo que se entienda con toda claridad: nadie, absolutamente nadie será realmente feliz, ni podrá realizarse como ser humano, si no aprende a amar, y a servir a su prójimo.

¿Cuántas personas en el mundo conoces que quieren ser felices? Todo el mudo quiere ser feliz, esa es la realidad, y por el otro lado ¿cuántas personas conoces que realmente son felices? La verdad, son muy poquitas.

A propósito, la gran mayoría de los ricos y millonarios no son felices; claro que tienen  momentos felices, porque tienen dinero para hacer lo que quieren, pero no tienen una vida con gozo, felicidad y libertad.

La felicidad huye de las personas así como tu misma sombra cuando la quieres atrapar. Esto les pasa a las personas que buscan la felicidad de una forma egoísta e individualista. Lo que hace feliz al ser humano es hacer acciones virtuosas, como ayudar al prójimo.

Cuando haces algo bueno por alguien, ¿no te sientes bien contigo mismo? ¿No te sientes en paz?

Lamentablemente esto sucede muy pocas veces en la vida de muchas personas. Si el ser humano viviera para amar a su prójimo aprendería realmente lo que es la verdadera felicidad. Esta es una verdad indiscutible.