¿Qué necesitan nuestros hijos para triunfar?
 

Necesitan ser felices
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

El ser humano fue creado de tal manera que cuando se dedica a vivir para sí mismo, se deprime. O cuando se dedica a acumular riquezas para sí mismo, jamás encontrará la verdadera felicidad.

El ser humano necesita satisfacer esos impulsos virtuosos que hay en él para poder ser verdaderamente felices. Tú podrás enseñar a tus hijos muchas cosas, podrás darles educación, amor, etc., pero si no los enseñas a amar, respetar, ayudar al necesitado, a ser una persona misericordiosa, amable, servicial con su prójimo, tu hijo será uno de los muchos infelices que hay en el mundo.

Será una persona que viva en total vacío, no se sentirán amados y tendrán muchos problemas de depresión, ansiedad, angustia; y tendrán sentimientos de soledad y de una falta de sentido en la vida.

Por el contrario,  si tu hijo aprende a amar y servir, nunca se sentirá vacío, jamás se sentirá solo. La gente busca la felicidad en donde no la va a encontrar.

La felicidad está en darte por los demás. Un padre feliz es un padre que se da por sus hijos y esposa. Una madre feliz es una que sabe darse por ellos. Un hijo feliz es un hijo que sabe respetar a sus padres y a su prójimo, que sabe amar y servirlos.

Toda la felicidad que se promueve en lugares paradisíacos o a través de mucho dinero, a través de ser un hombre de mundo, exitoso en muchas cosas, todo esto es un espejismo en el desierto.

Tú puedes lograr tener todas esas cosas. Tú puedes lograr tener todo el dinero del mundo de tal forma que puedas viajar, conocer lugares, hospedarte en hoteles lujosísimos, comer en los mejores restaurantes, tener el mejor auto, etc, y ser perfectamente infeliz.

En cambio, puedes ser una persona sencilla que tengas lo suficiente para vivir, pero que has aprendido a respetar y amar a tu prójimo y tener muchísima más paz y felicidad que otro hombre que tiene todos los bienes materiales que el mundo puede ofrecer.

Esta es una verdad que es importante que tú lo medites.

Esto lo podemos ver en la vida de Jesucristo mismo. Jesucristo no fue un hombre rico o millonario, al cual se le sirviera. La Biblia nos habla en los evangelios la vida de Jesucristo.

En ellos nos habla de un hombre que frecuentemente servía, que se daba por los demás. Y si bien es cierto que la Biblia dice que Jesucristo lloraba y se quebrantaba, ese llanto no era uno porque estuviera ensimismado, vacío, sin encontrar el sentido a la vida, sino que el llanto era porque se preocupaba por la gente que estaba sin Dios en este mundo.

Jesús fue el hombre más feliz que haya existido en la tierra. Él tuvo una felicidad basada en el amor, basada en darse.

Jesucristo nunca tuvo una crisis existencial o depresiva, que tuviera que tomar Prozac o algún medicamento para poder dormir porque su alma estuviera inquiera o frustrada.

Jesucristo era un hombre que tenía una paz interior, que tenía una alegría fundamentada en amar a su prójimo. Él es un ejemplo excelente para nosotros mismos.

La verdadera felicidad no está en la realización personal como se nos quiere enseñar. Sólo está en el amor y en el servicio al prójimo.

Necesitan estar llenos
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