Cómo Criar Campeones I - "Educando e instruyendo a nuestros hijos"
 

La comunicación en casa
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

       Una encuesta arrojó los siguientes resultados acerca de la madre de familia que es ama de casa, es decir, aquella que está en casa criando a sus hijos, y que no sale a trabajar:

       Esa madre sólo pasará 30 minutos de conversación diaria con sus hijos, de los cuales  15 hablará  ella  y  15  sus hijos, reduciéndose entonces solamente a 15 minutos el tiempo  que  tienen  los  hijos para escuchar a su madre.

       Ahora entendemos qué importante es que nuestros hijos puedan conversar con nosotros y puedan expresarnos lo que sienten, que nosotros podamos escuchar lo que ellos dicen, ésta es la clave.

       Debemos ser la persona que sabe escuchar; los niños tienen que hablar y hablar, y escuchar no es fácil. Deberás aprender a utilizar tu mente y cultivarla en la conversación.

       Cultiva tu mente leyendo libros sobre educación familiar, respetables, buenos, que te puedan ayudar a darles respuestas correctas a tus hijos. Buenas respuestas, es clave, recuérdalo. Nuestros hijos son seres racionales.

       En una ocasión fui invitado a visitar a un joven, y su abuelita se quejaba muchísimo de él, decía: “este niño es un niño uraño, nunca quiere hablar conmigo, siempre está de mal humor, siempre esto, siempre aquello…”, y yo empecé a hablar con él.
 
       Empezamos a platicar acerca del béisbol ya que me comentó que eso era lo que más le gustaba. Iniciamos una plática sobre la importancia de sus “home runs”, las carreras que él había realizado, las bases que se había robado, y entonces el niño mostró una atención fascinante al tema, y la abuelita quedó sorprendida y dijo: “¡Caray! Usted ni lo conocía, sin embargo ¡el niño ha hablado con usted más que conmigo en toda la vida!”

      Al retirarme le dije a la abuelita: “Es que usted no toca los temas que le interesan al niño, usted se lo pasa regañando todo el día, él está aburrido, se siente encerrado y usted no lo escucha; usted nada más habla, aprenda a escucharlo”.

       Esa sola conversación que tuve con el niño, donde aprendí a escucharlo y a interesarme en su tema favorito, en este caso el béisbol, abrió las puertas para ayudar al muchacho en una forma excepcional y razonable.

       Escuchar no es fácil porque va a tomar toda tu atención, tus oídos, tus ojos, comprometerte a responder con tu corazón los cuestionamientos que tus hijos te hagan o sus inquietudes.

Cuando los hijos no obedecen
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