La Prisión de la Amargura
 

La prisión del desaliento
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hoy en día vemos muchísimo desánimo en el mundo. El desánimo es una epidemia, una plaga que aflige a muchísimos corazones. Las personas no tienen fuerzas para vivir, se sienten cansadas de los problemas que enfrentan diariamente en el hogar, en el trabajo, distintas situaciones familiares, económicas y esto roba energía.

Muchísimas personas desean ver días buenos, pero no los ven, muchísimas personas desearían con todo el corazón amar la vida y disfrutar de ella sanamente y de las cosas lindas que la vida nos da pero no pueden amar la vida, se sienten incapacitados, muchos podríamos decir que se sienten más bien como atados a una cadena que llevan, y esa cadena les impide caminar porque la sienten como si fuera de plomo, acero y grandes kilos que oprimen el alma y la angustian.

Como nunca antes los seres humanos nos sentimos con una gran falta de energía, energía física, energía mental y aun nuestra salud tiende a deteriorarse cuando los problemas son abrumadores y no sabemos cómo manejarlos. El estrés produce daños graves a la salud, al estado de ánimo, y entonces, vivimos en una época que cada vez se hace más difícil, más compleja.

Los problemas son diversos, la recesión económica, la población crece, pero los trabajos no crecen al ritmo de la población, si usted se da cuenta, cada día son menos las oportunidades para encontrar un trabajo productivo. Hay algo que está sucediendo tanto en lo económico como en lo emocional.

Muchísimas personas al no lograr las metas que se proponen en la vida se sienten frustradas, se sienten mal consigo mismas, y por qué no decirlo también, el problema de la depresión hoy en día es una enfermedad que afecta a muchísimas personas adultos mayores, adultos jóvenes y aun a niños y adolescentes.

Hoy muchísimas personas se sienten aprisionadas en una prisión de hierro, no ven días buenos, ni tampoco aman la vida, hay situaciones, obstáculos, problemas que les impiden ser realmente felices. Si hiciéramos una lista de los mismos, sería interminable, sin embargo te puedo mencionar algunos de ellos:

Hay personas que por causa del odio que llevan en sus corazones no pueden amar, no saben amar.

También hay personas que viven sin confianza en el futuro, se sienten con tanto desaliento y sin esperanza y cuando hablan del futuro, pareciera que hablan de problemas, pareciera que dicen: “las cosas se van a poner peor, mi dinero no alcanza, la educación de mis hijos demanda mucho más dinero para que puedan comprar sus libros o llegar a la universidad”.

También hay personas que viven bajo tremendas angustias, gente que se siente nerviosa, atrapada en un vacío profundo y oscuro y en vez de salir adelante se hunden más en él.

Asimismo, encontramos personas quienes sienten que sus vidas no tienen realmente propósito, les cuesta trabajo cada día enfrentar situaciones en la calle, en su trabajo, hay tantas cosas que angustian sus mentes, problemas de todo tipo, situaciones sentimentales, situaciones que viven en la familia.

Vacíos que no se pueden llenar de ninguna manera y que angustian, que producen esa situación de ansiedad que a veces no se controla, que produce que las personas cada día se sientan más nerviosas al punto de desfallecer por la angustia de las cosas que están viviendo, ya sea en lo personal, en lo familiar, en el trabajo, en una relación sentimental o en una relación matrimonial.

Muchas personas se sienten aprisionadas en esa prisión de hierro y son como un pajarito que no pueden volar, no tienen libertad en sus acciones. En su mente hay opresiones tremendas, cansancios, hay problemas que los afectan, a veces económicos, o un marido que no coopera en casa, a veces un hijo que está en alguna situación difícil, o también las enfermedades, a veces situaciones o luchas en el trabajo y llenan la cabeza de preocupación en formas alarmantes.

La mente está agobiada
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