La Prisión de la Amargura
 

Evidencias de amargura
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

¿Cómo puedes saber si hay amargura en tu vida? Mencionaré a continuación algunas evidencias (y lo digo con todo respeto y compasión):

  • Enojos frecuentes - Si tú eres una persona que te enojas fácilmente, te irritas, puede ser señal de que hay amargura en tu vida.
  • Agresiva en sus respuestas - Si tú eres una persona agresiva, malhumorada, si tú eres una persona que te enciendes rápidamente por cualquier cosa que te dicen.
  • Recordar a detalle - Si te acuerdas con detalle de lo que te hicieron como si hubiera sido ayer, puede ser que haya amargura en tu vida.
  • Desconfías de quienes te aman  - Hay personas que se vuelven desconfiados de los demás, porque como ya sufrieron, no quieren sufrir más, se aíslan de las personas y aunque otras personas se acercan para tratar de ayudarlas y les brindan amor, cariño y apoyo, pero las personas que tienen amargura, no lo reciben.

En una ocasión conocí el caso de una mujer que fue traicionada por su esposo en un adulterio, ella se enteró y eso le generó una gran depresión y hubo un grupo de personas lindas que se acercaron para tratar de ayudarla, le ayudaban económicamente porque su esposo no la apoyaba, inclusive le ayudaban en el aseo de su casa, porque por su depresión no tenía fuerza ni siquiera para agarrar la escoba o trapear. Pero esa persona nunca recibió el amor que le dieron, siempre pensó mal de los demás, desconfió y eso generó en su vida amargura.

  • Se les dificulta amar a los demás. Las personas que tienen amargura, rencor o resentimiento en su corazón por algo que sufrieron no aman con libertad.

Cuántos padres de familia sufrieron en su infancia el rechazo de sus padres, fueron golpeados, o tuvieron un padre abusivo, alcohólico, y ellos hoy en su vida adulta no saben amar, no saben acercarse a su hijo ni darle un abrazo, no saben expresarle cariño, ni decirle “te amo”.

  • Son insensibles, no prodigan ternura. Muchos varones no saben amar a sus esposas, no saben ser tiernos, delicados, porque uno de los problemas que produce la amargura es endurecer nuestros corazones como las piedras, son insensibles.
  • No perdonan con facilidad. Otra de las señales que presentan las personas que guardan rencor y amargura en sus vidas, es que no perdonan fácilmente.

Si te cuesta mucho trabajo a ti perdonar a otros lo que te hacen, probablemente tienes amargura. Si te cuesta mucho trabajo a ti perdonar rápidamente lo que otro te hizo en tu trabajo, en tu oficina, probablemente tengas amargura.

  • Busca aislarse, evita compañía. La persona con amargura o resentimiento a veces se vuelve retraída, y no busca a la gente.
  • Busca llamar la atención. En ocasiones sucede lo contrario al punto anterior: la persona con amargura habla demasiado, quiere ser el centro de la atención en las fiestas, en los convivios, solo quiere hablar y no sabe escuchar a los demás. Cuenta sus problemas no en busca de solución, sino para causar compasión. Es decir, suele manipular situaciones a su favor (conciento o inconscientemente llama la atención de otros).
  • Suele hablar mal de los demás. Generalmente cuando hablan de alguna persona, resaltan más los defectos, sus palabras son hirientes, se quejan de los demás frecuentemente.
  • Es ingrata. Te puedes volver una persona que no sabe agradecer, que no sabe tener gestos de gratitud. Solamente piensan en su egoísmo porque la amargura los vuelve muy egoístas.
  • Es muy egoísta, piensa mucho en el mal que recibe de los demás. La persona con amargura piensa en su egoísmo, que el mundo gira en derredor de él, piensa que es el centro del universo y que todos están obligados a saludarlo, hacerle el bien y está tan conciente del trato de los demás que si alguien no lo saluda, no le hace el bien, se hiere más, se lastima más a sí mismo.
  • Finalmente, se vuelven vengativos. A veces se vuelven duros de corazón, vengativos, hirientes en su trato. Su estilo de vida es “me la haces, me la pagas”.
La raíz de la amargura
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