La Prisión de la Amargura
 

Necesitas un cambio radical
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

¿Qué puedo decirte de mí mismo? Durante muchos años viví aprisionado en mi amargura, en mi gran soberbia porque yo me creía el hombre más sabio del mundo y también, cuántas veces con mi lenguaje, con mis actos insulté, lastimé a mi esposa.

Mi hogar se estaba derrumbando, estaba por llegar a una ruptura matrimonial; pero un día, cuando me día cuenta que yo era el que ocasionaba el daño decidí cambiar.

Me di cuenta que el mensaje de Cristo Jesús es un mensaje que nos llama a la paz, primeramente a hacer la paz con Dios, a dejar de ofenderlo y lo segundo que aprendí es amar a mi prójimo, y mi prójimo más cercano era mi esposa, y hacia ella se volcó mi corazón.

Y así de la misma manera el corazón de aquellos que se apartan del mal y hacen el bien, da un giro de 180 grados hacia sus propios hijos, hacia su esposa, y claro entonces podemos ver días buenos.

¡Realmente, qué hermosos son los días! Poder despertar, poder ver el rostro de tu esposa y decirle. “te amo”, poder salir a tu trabajo y regresar a casa, aunque sea con poquitos centavos.

Porque lo importante en la vida no es tener mucho, o amar el materialismo y estar acumulando riquezas. Es preferible comer verduras con amor que comer con rencor un buey engordado, dice Dios, y eso es cierto.

Muchos hogares son felices con frijolitos porque el amor gobierna el corazón de estas personas. Y claro, estamos hablando del amor de Dios.

Entonces, no debemos devolver mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendecir “sabiendo que fuisteis llamados para que pudiéramos heredar la bendición”, estoy leyendo 1ª de Pedro 3:9

“No devolviendo mal por mal”. Si mal nos han hecho, si mal nos han tratado, si hemos sido heridos, debemos devolver un bien. Si han hablado mal de nosotros, no hablemos mal de los demás, al contrario, deseémosle el bien a la gente y entendamos algo, Dios en Cristo Jesús nos ha llamado a heredar la bendición.

El amor echa fuera la amargura
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