Adolescentes en llamas I - La problemática del adolescente

El perdón: el gran alivio para la juventud

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Actualmente vemos que hay muchísimas personas que han sido lastimadas desde su tierna infancia por sus padres y han vivido en la pobreza, en lugares rotos por el divorcio, el adulterio y, a veces, joven adolescente, amigo mío, se te hace difícil perdonar a aquellos que te han lastimado y es más difícil perdonar cuando los que te han ofendido son tus propios padres.

Cuando somos jóvenes nuestras emociones son tan intensas que cualquier herida o cualquier ofensa puede quedar con nosotros toda la vida. El dolor es inmensamente peor cuando el que te ofendió fue uno de tus padres.

Quizás tu mamá te rechazó en vez de proveerte el amor y el afecto que necesitabas, o vienes de un hogar donde tu padre es alcohólico o abusó sexualmente de ti.

Tal vez viviste horrores tales que consumen tu corazón en resentimiento e ira, que aún muchos años después, vas almacenando. Quiero decirte que hay una sola cura para el cáncer de la amargura que anidas en tu corazón: es el perdonar.

El perdonar es cuando tú estás dispuesto a olvidar el resentimiento, a olvidar de todo corazón el daño que recibiste. Jesús mismo lo expresó así y dijo: “cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”

Tú tienes algo en tu vida contra alguna persona que te ha lastimado, vienes de una adolescencia donde has sufrido el dolor, la tribulación de un padre alcohólico, de un hogar roto o destruido por el divorcio, golpizas injustificadas, maltratos, violaciones o quizá dentro de ti el agravio más fuerte que sientes hacia tus padres, es la falta de afecto y cariño que esperabas recibir en los primeros años de tu infancia, cuando más necesitaste de ellos. Si tú tienes algo contra alguno, la cura real para ese cáncer que te corroe por dentro, es el perdonar.

Cierto que en esta vida muchas veces se sufre en una forma injusta. Tú no esperabas ese tipo de padres o circunstancias que te dañaron en tu familia, sin embargo cuando tu decidesamar y perdonar de todo corazón, empieza un proceso de recuperación tan precioso dentro de ti, donde sientes la libertad que trae el perdón a tu propia alma.

Para los padres es importante insistir que el ambiente del hogar debe ser tal que provea para el joven un estímulo a la práctica de los valores familiares de confianza, amor, respeto, perdón, servicio, obediencia, honestidad e integridad.

Veamos el diseño de Dios para la familia. Cuán bueno es el texto Sagrado para poder orientar los valores espirituales y morales y fundamentar hogares en Cristo estables que provean a los hijos una atmósfera de crecimiento sano.

En Colosenses 3:18-21, se instruye a la familia de la manera siguiente:

“Casadas, respeten a sus maridos como conviene al Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”.

Un hogar funcional es aquel en el cual hay un compromiso en cada miembro de la familia para proveer al otro miembro el amor y el afecto, el servicio necesario: la mujer respeta a su esposo y el marido ama a su esposa.

El amor no es un sentimiento, es un compromiso. El amor es la decisión de hacer el bien sin esperar recibir nada a cambio, simplemente buscando la felicidad de nuestro prójimo.

Así lo enseña Dios cuando nos dice que de tal manera ha amado Dios al mundo que ha dado a su único hijo, para que todo aquél que en Él cree, no se pierda sino tenga vida verdadera, vida eterna. Dios dio a su hijo, nos dio lo mejor, lo que realmente necesitábamos, a Jesús.

Cuando Él vio nuestra necesidad supo lo que debía darnos, pero eso le costó mucho al Padre, le costó ver al Hijo en la cruz, cómo fue golpeado, cómo fue humillado, cómo fue crucificado, cómo fue herido, al Padre le dolió.

El Hijo fue entregado en las manos crueles de los verdugos quienes lo crucificaron, porque el Padre nos dio una oportunidad a todos nosotros para cambiar nuestras vidas y creer en Jesucristo y andar en esa rectitud y en esa obediencia a su Sagrada Palabra.

¿No responderemos igual ante este gran ejemplo de amor? Debemos convertirnos en padres dispuestos a morir sin importar los sacrificios, por aquellos quienes más nos necesitan, nuestros hijos.

¿Hay amor en casa?
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