Adolescentes en llamas III - Una especie que está en extinción

El valor de una cena con los hijos

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Un grupo de doctores en un hospital de los Estados Unidos estudiaron 527 adolescentes para descubrir cuáles características de la familia y de su estilo de vida se relacionaban con su salud mental y adaptación.

Observaron que los adolescentes cuyos padres cenan con ellos cinco veces a la semana o más:

  • Tienen menos probabilidades de usar drogas, deprimirse y meterse en problemas con la ley.

  • Tienen más probabilidades de ir bien en la escuela y rodearse de un círculo de amigos que les brindan su apoyo.

Ahora vemos que no se requiere algo complicado o difícil para poder ayudar a nuestros adolescentes a vencer los retos que están enfrentando actualmente.

¿No es interesante que estos estudios nos demuestran que la familia y la participación de los padres son calve para guiar a los hijos a través de las tormentas de la adolescencia?

¿No es interesante ver que los estudios descubren que el momento de la cena es más valioso para el desarrollo de los niños que el tiempo de juegos, de la escuela, o los momentos en los que se les cuentan historias?

Sin lugar a dudas, hay un poder en partir el pan juntos en el hogar. El poder celebrar esos momentos de la cena, no importa que sean frijolitos, o quesadillas o lo que haya al alcance de la familia, porque más importante que la comida es el convivir.

Recuerdo un padre de familia que siempre acostumbraba cualquier ocasión para hacer un festejo en casa y sentarse con sus hijos. En cualquier oportunidad de convivir, sea un cumpleaños o un día conmemorativo, ahí estaba la familia reunida, compartiendo juntos.

Esos hijos hoy son adultos y cuando platico con ellos, me comentan lo siguiente:

“Nunca olvidaremos los momentos tan felices que pasamos con nuestros padres; cómo nos dedicaron tiempo, esas cenas, esos días festivos cuando por cualquier excusa inflaban globos, ponían serpentinas y horneaban un pastel. Cuánta alegría traía a nuestros corazones el escuchar a nuestros padres conversar con nosotros en la mesa. convirtieron en nuestros mejores amigos”.

¿Qué significa todo esto? ¿Habrá algo milagroso en sentarse juntos para compartir una comida? No, lo que muestran las estadísticas es que la relación familiar es lo que realmente importa a los adolescentes.

El pasar tiempo juntos con nuestros hijos, ya sea al comer o al cenar, es una parte importante de la convivencia familiar que va a proveer canales de afecto y cariño a nuestros hijos.

Las familias que traen estabilidad y salud mental a los hijos se caracterizan porque:

  • El padre ama a su esposa.
  • La esposa respeta a su marido.
  • Los hijos obedecen a sus padres.
  • Hay una interacción de compromiso y servicio mutuo.
  • El fundamento es el amor verdadero que todo soporta, que todo sufre y pasa por alto la ofensa.
  • Hay el amor que busca darse por el prójimo, y no solamente buscar lo que mi prójimo me va a dar a mi.

El mundo frenético en que vivimos nos ha presionado por todas partes obligándonos a comer apresuradamente sin tener tiempo para estar con nuestros hijos. Algunas personas cenan con mayor frecuencia en sus autos, o en sus oficinas. No vemos a los hijos hasta llegar a la casa y encontrarlos dormidos.

Gracias a Dios es posible cambiar esta tendencia. Aprovechemos todos los tiempos del día que nos sean posibles para estar con ellos. Si hay determinación y planificación, podremos separar un tiempo para sentarnos y conversar juntos con nuestros hijos.

Padres dispuestos a cambiar
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©