Por: Dr. Octavio Maldonado

a. Los sueños, que en ocasiones son experiencias tan fuertes que parecen reales y a veces tenemos la misma sensación en el sueño como en la vida real. En el trastorno por estrés postraumático las personas llegan a re experimentar aquél trauma por medio de los sueños, de hecho en los niños, estos sueños pueden ser pesadillas, o sueños con monstruos, o con aquello que el niño verdaderamente teme, por ejemplo; las serpientes.

Lo importante es ver que estas re-experimentaciones provocan el mismo estado como si se estuviera en el evento, en otras palabras, imagínese la condición de estos niños que no solamente sufrieron el trauma de haber sido abusados sexualmente, sino que lo siguen re experimentando y viviendo en una forma dramática.

b. Las emociones, esto es, pueden ser momentos tan difíciles como las alucinaciones o aquello que se conoce como episodios de flash back, es decir, la persona regresa al pasado y de pronto despierta y está en esa situación, son ideas y pensamientos que pueden llegar a una persona y que le despiertan nuevamente la sensación de la experiencia desagradable que vivieron.

c. El estrés psicológico, es cuando hay símbolos o circunstancias similares a las que se encontraron en el momento de la violación como: un olor, quizás el perfume que utilizó el abusador sexual y cuando el niño o el joven pasa por algún lugar donde huele de la misma manera, la persona vuelve a re experimentar aquella sensación, alguna textura, una imagen, le vuelve el pensamiento, le vuelve la idea y está viviendo en la misma circunstancia que le provocó el trauma, esto provoca un estrés psicológico, una reactividad a aquello que le simboliza o le recuerda la experiencia traumática.

Entonces estamos hablando de una persona que no solamente recibió la agresión en el momento del trauma, sino que la sigue re experimentando.