Por: Ing. Gilberto Sánchez

Al hablar de “oscuridad”, nos referimos a situaciones complejas que se están viviendo a nivel mundial, que incluso se pueden catalogar como “pesadillas”.

Por todos lados vemos este tipo de situaciones: al abrir el periódico, al escuchar las noticias, a través de los medios de comunicación. Nos damos cuenta de la violencia, sin precedentes, a la que generaciones anteriores no estábamos acostumbrados a vivir y que realmente generan una crisis en nuestra sociedad.

Y no solamente nos damos cuenta a través de los medios de comunicación ¡cuántos de nosotros hemos sido testigos presenciales de situaciones de violencia! o lamentablemente hemos experimentado de manera personal acontecimientos inesperados que han puesto en riesgo nuestra integridad, que nos pueden robar  la paz, que pueden quitarnos la tranquilidad y la seguridad de nuestra familia, como crímenes, secuestros, terribles asesinatos, robos cada vez con más descaro aprovechando que las casas se encuentran solas, robos con violencia, fraudes, atentados contra grupos de personas, homicidios de inocentes que murieron simplemente por haberse encontrado en el lugar equivocado y en el momento equivocado.

Vemos por ejemplo, en los periódicos de México en el año de 2011, titulares como:

“Ejecutan a dos abogadas en Durango”
“Matan a dos y descuartizan a otro en Acapulco”
“Atacan con granadas edificio de seguridad pública en Monterrey” (una de las ciudades más importantes industriosas y de vanguardia en la nación).
“Diez ejecutados en Sinaloa”
“Mueren dos niñas en ataque de sicarios; iban a comprar refrescos”

Otra nota de impacto nacional que publicó el periódico Reforma hace unos meses: “Reporta la región de América Latina una tasa de 25.6 homicidios por cada 100mil habitantes, una de las más altas del mundo”.

Y un comunicado reciente de la Organización de las Naciones Unidas, publicado en la revista PROCESO dice: “La violencia en México permanecerá por tiempo indefinido”.

Escuchamos también de guerras entre países, y conflictos armados dentro del país: Revueltas y levantamientos contra gobernantes, o entre los mismos políticos; sean grupos armados o grupos pacíficos que se rebelan contra la corrupción descarada de sistemas políticos que liberan criminales mientras persiguen y matan a inocentes.
¡Una sociedad corrompida de punta a punta, que apenas puede sobrevivir a la inseguridad, la inmoralidad y la violencia!

Y qué decir de la crisis financiera global que ha dejado a tantos sin trabajo, sin bienes… ¿Cuál es el saldo que ha dejado la crisis económica? Deudas, embargos, demandas mercantiles, juicios hipotecarios y sobre todo, un estrés constante en muchos hogares, que ha despertado ansiedad, desesperación, violencia, enfermedades y hasta depresiones.

Y por otro lado, tenemos las catástrofes naturales. ¡Ni los bosques, ni los mares, ni los animales se han salvado de la intranquilidad! Oímos de terremotos, temblores por aquí y por allá, el derramamiento de petróleo, maremotos, tsunamis, inundaciones, tornados, contaminación ambiental, el cambio climático…

Ejemplos como el terremoto de Japón en Marzo de 2011, que dos meses después se habla de más de 12 mil muertos y más de 15 mil desaparecidos, un panorama que el mismo presidente de Estados Unidos lo calificó como desolador.

Otro ejemplo, un tornado que azotó un poblado del estado de Missouri en Estados Unidos al cual, el Presidente de esa nación lo nombró como una tragedia nacional.

Estamos enfrentando muchos cambios, muchas pérdidas y muchas injusticias… no hay duda: ¡Nuestro mundo, entero, está en crisis!