Esperanza ante la Crisis Global - Enfrentando la oscuridad de nuestro mundo actual

Es necesario desahogarse y pedir ayuda

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Las PRIMERAS DOS ACTITUDES van de la mano: desahogarse y pedir apoyo de algún terapeuta. (Esto se conoce propiamente con el nombre de “catarsis”).

Desahogarse a través del llanto es proveer al cuerpo una liberación o escape de toda esa carga o presión emocional que viene sintiendo encima de usted.

Uno se desahoga principalmente a través del llanto, y al expresar cómo nos sentimos. Lo que le quiero decir es que llore, llore todo lo que sea necesario. Su cuerpo lo necesita… necesita desahogar ese dolor.

Como le decía al inicio, somos seres humanos frágiles, y así como tenemos fuerza y fortaleza interior para muchas cosas, así también tenemos debilidades. Somos seres dotados de emociones y sentimientos. Dios nos creó así. No se quiera usted hacer el fuerte; luego es peor, créame.

Para explicar esto mejor, voy a poner un ejemplo completamente opuesto, pero que nos dejará ver claramente la necesidad natural y humana que tenemos de desahogarnos.

Supongamos que usted acaba de presenciar un evento muy gracioso, vio algo muy chistoso que le causó risa. ¿Qué pasa? Naturalmente, sintió la necesidad inmediata de reírse y tal vez hasta expresar una carcajada. Su cuerpo, involuntariamente le produjo una sonrisa, un movimiento en su cara o en su abdomen, que no pudo contener y necesitó expresar un momento de alegría… ¿sí es así, verdad? Bueno, entonces ¿por qué sí nos permitirnos reír, pero no nos permitimos llorar? Esto es solo un ejemplo que pongo para que comprenda que llorar es una actividad 100% humana, normal, natural y, necesaria ante una provocación.

Así que llore, desahóguese con libertad. Hable, exprese cómo se siente. Como terapeuta familiar he tenido la oportunidad de platicar con muchas personas cuando están en crisis y ¿sabe qué encuentro con mayor frecuencia? Que dejar hablar a una persona en crisis, y escucharla con atención, es algo que siempre va a ayudarla a tranquilizarse.

No tratemos pues de discutir, ni siquiera intentemos hallar respuesta para todas las preguntas… ¡oiga, somos humanos! Difícil -si no es que imposible- sería hallar la respuesta correcta para cada circunstancia: ¿Por qué a mí? ¿Por qué le pasó a mi familiar? ¿Por qué en este momento? ¿Por qué él y no yo? o ¿Por qué a mí y no a otro? Le aseguro que no hay ser humano que le vaya a dar una respuesta que le satisfaga.

Es por eso lo importante de ese segundo punto que mencioné, y que consiste en hablar de su problema con un terapeuta.

¡Es tan recomendable que las personas NUNCA pasemos solas un problema! Necesitamos de alguien, y claro, ese alguien debe ser una persona de confianza. Le recomendamos que hable con un buen consejero o terapeuta. Un profesional confiable. En momentos de dificultad, necesitamos hablar, ser escuchados y recibir buenos consejos.

Catarsis, Resiliencia y Atención Médica
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