Por: Ing. Gilberto Sánchez

Acercarse con la persona adecuada y en el lugar apropiado, puede serle de gran ayuda.

Hace un momento mencioné la palabra “catarsis” y no voy a entrar con detalle a éste tema, solamente quiero explicar con palabras sencillas en qué consiste esto. Catarsis es un término utilizado tanto en psicología como en las artes dramáticas, y es un término griego del filósofo Aristóteles que nos da la idea de un estado de liberación o purificación emocional, en el cual la persona expresa con toda libertad lo que está sintiendo. Y como dije, es un tema amplio y delicado también, pero sí es importante al menos aclarar que, la catarsis debe tener dos elementos indispensables, para cumplir su propósito terapéutico, que son: confiabilidad y protección.

Bien, pasamos a la TERCERA ACTITUD que debemos asumir durante un período de crisis y que es: reconocerse usted un ser resiliente. Tal vez usted ha escuchado mucho o poco de LA RESILIENCIA, porque es un término empleado mayormente en el ámbito de la Psicología (y se tratará en un tema aparte por su complejidad), pero para fines prácticos en este tema, basta decir que la resiliencia es la capacidad que tenemos todos los humanos, de enfrentar y superar los problemas. 

Esto es muy interesante, porque es muy bueno saber que, pase lo que pase, sea muy grande o muy difícil la crisis que estemos atravesando, tenemos esta capacidad humana de sobreponernos a los problemas: resistir, seguir adelante, esforzarnos ante una situación difícil, todos podemos hacerlo por cuanto nuestro maravilloso Creador, Dios mismo nos dotó de esta capacidad que hoy conocemos como “resiliencia” y que consiste prácticamente en asumir una actitud de lucha y no darse por vencido, sino estar conscientes de que “la vida sigue”.

LA CUARTA ACTITUD: Atender con responsabilidad nuestra salud mental.

Para esto retomo las palabras del Dr. Rafael Castro Román:

“El clima de violencia e inseguridad que se vive en el país incrementa el riesgo de que las personas desarrollen enfermedades mentales, como ansiedad y depresión, las que, de no ser atendidas de manera oportuna, pueden llegar al extremo de la violencia intrafamiliar e incluso el suicidio.”