Por: Ing. Gilberto Sánchez

El tema de hoy es muy importante para la salud mental y familiar. Hablaremos sobre los efectos de la crisis financiera: en la salud mental y en la dinámica familiar.

Quisiera comenzar con el testimonio de una mujer llamada Cecilia, quien nos cuenta lo siguiente:

 “Hola, soy Cecilia. Mi familia está pasando por una situación terrible, ya que mi esposo lleva tres meses sin trabajo y yo no he podido encontrar nada.  La situación en mi familia se ha vuelto insostenible, tenemos que pagar rentas, colegiaturas y tengo miedo que mi hija no siga en la escuela por las deudas que tenemos. Tengo tres hijas: de 15, 8 y 2 años. Sufro día y noche rogando a Dios que cualquiera de los dos encontremos trabajo.”

Cecilia y su familia -como muchas otras- están sufriendo los estragos de la crisis económica mundial, que afecta a millones de hogares, y cuyos efectos son: por un lado, económicos, y además efectos en la salud mental de las personas que viven en una situación así, es decir, que se encuentran estresados, con incertidumbre, con angustia y no saben cómo manejar la situación.

La economista cubana Blanca Master dice las siguientes palabras:

“La alimentación y el manejo del presupuesto familiar recae sobre los padres y las madres en la mayoría de los países. En muchos hogares, la situación se agrava más cuando hablamos de familias en donde la madre es la responsable de la provisión de la casa.”

Y efectivamente, en la actualidad existen muchos hogares en Latinoamérica que tienen por cabeza a una mujer y sabemos que la tarea de manejar un hogar no es algo fácil, cada día aumentan los precios de los recursos básicos, los biocombustibles, etc.

¡Cuántos de nosotros hemos escuchado a familiares o amigos decir que perdieron su trabajo, simplemente porque la fábrica cerró! Sabemos también de la crisis inmobiliaria, que está colapsando la tranquilidad de  las familias que ven en riesgo las viviendas que siempre fueron sus hogares…

Y en este contexto no podemos dejar de lado los efectos que esta crisis produce en las familias, ya que es la institución humana principalmente afectada, y que está sufriendo las consecuencias ya sea de un despido, del aumento de precios, las deudas que empiezan a acrecentarse debido a que no hay recursos suficientes para poder solventar y pagar esos compromisos adquiridos, etc.

Y aún ocurre que la persona al haber adquirido esos compromisos con responsabilidad, habiendo realizado una planeación de sus ingresos, debido al impacto de la crisis financiera en su patrimonio, ahora ya no puede pagar y es cuando comienzan el estrés, la preocupación y la desesperación.