Por: Ing. Gilberto Sánchez

La familia, al ser el núcleo donde continuamente el ser humano sobrelleva sus relaciones, descargando todo lo que le pasa afuera, es la más afectada. Es en donde el ser humano llega y expresa sus miedos, sus tensiones y se convierte muchas veces en el escenario donde las discusiones se hacen presentes entre cónyuges, hay llantos, crisis, se disparan situaciones de violencia, reclamos, y desafortunadamente no son pocos los casos en donde uno de los cónyuges decide abandonar al otro porque ya no soporta la situación, los hijos son los que más sufren bajo estas circunstancias, es una situación muy delicada.

De ahí la importancia de entender cómo una crisis financiera puede llegar a afectar a la familia, y poder tomar las acciones necesarias para poder minimizar el impacto de la crisis.

De acuerdo con estudios recientes, las razones financieras que con mayor frecuencia causan conflictos son las siguientes:

- Sueldos bajos. Las necesidades básicas ya no pueden ser suplidas, esto causa mucha frustración entre los miembros de la familia.

- Imprevistos. Lamentablemente ante situaciones de impotencia el hombre comúnmente busca hallar culpables, es decir, cuando una persona tiene todo planeado y surge un imprevisto, dígase accidente,  enfermedad, recibir visitas inesperadas incluso un embarazo no planificado, esto provoca desestabilización, sacan a la persona del control aparente que tenía de la situación.

- Mala organización de la economía familiar. Surgen las preguntas: ¿Por qué me endeudé? ¿Por qué saqué ese artículo a crédito?

 Saber administrar es un don que no todos tenemos, y nos es difícil organizar y planificar los gastos. Suele pasar que no hay un entendimiento claro de que es un deber familiar solventar las necesidades básicas, sin embargo se quieren hacer gastos en cosas que son superfluas e innecesarias para el hogar, se hacen gastos, queriendo alcanzar un estatus de vida o condición social más alta.

Existen principios en economía tan simples como “No gastes más de lo que tienes”, mucha gente no respeta esos principios, y gastan de más y en cosas que no son necesarias, que no son para el bien común de la familia y después vienen las consecuencias.

¡Qué importante es que como padres de familia, como marido y mujer se pongan de acuerdo para tomar la mejor decisión acerca de cómo se van a realizar los gastos!

El testimonio de una persona que nos escribió dice así: “Como no nos alcanzaba para la comida, opté por no pagarle el tratamiento anti-alérgico a mi niña pero ahora se enferma más que antes y he gastado más en medicinas. El problema me ahoga porque cada vez que mi hija tiene una recaída mi esposo me da una regañada, recordándome mi mala decisión, yo le reclamo a él que tampoco hizo nada por ayudarnos”.

- Despidos inesperados y largos períodos de paro. El trabajo, para muchas personas simboliza tranquilidad, porque saben que sus necesidades estarán suplidas, y de pronto perder ese cimiento, definitivamente es una pérdida muy significativa, que afecta tanto a la persona, como a su familia.

El padre de familia, al ver las necesidades en el hogar se siente impotente, ya que no cuenta más que con su salario para poder cubrirlas. Si a esto añadimos que al salir a buscar trabajo, lo único que encuentra son puertas cerradas, yo le pregunto: ¿esto no es un detonante de estrés en el hogar? ¡Claro que lo es, y muy fuerte!

- Problemas de uno de los miembros de la familia, tales como adicciones e irresponsabilidad. Una crisis financiera no solamente implica que no haya dinero, es decir, la persona puede tener una solvencia económica satisfactoria, pero si entra en un problema de adicciones, gasta todo en el alcohol o en la droga, lo que sucede es que está llevando a su familia a una crisis financiera, ya que en lugar de utilizar el dinero para suplir las necesidades de ellos, se gasta el dinero en su propio vicio.

 El padre o madre de familia, al ver que no hay salida a la situación que lo agobia, toma una “salida fácil” y egoísta: empieza a evadirse, a drogarse o emborracharse, y más tarde la persona se enferma y ahora se tiene que atender, lo que implica otro gasto.

Un daño que también se presenta en este contexto, es la baja autoestima que se genera en los hijos y en el cónyuge, se dan cuenta de la cruel realidad: que pasaron a segundo o tercer término porque el proveedor o proveedora simplemente optó por evadir su responsabilidad antes de esforzarse por sacar a la familia adelante.

Aquí concluiremos la primera parte de este tema: La crisis financiera y sus efectos en la salud mental y familiar. En el próximo programa continuaremos hablando de este interesante tema donde incluiremos consejos para que usted y su familia puedan enfrentar esta situación. Que Dios les bendiga.