La Unidad Familiar

Vivir en familia exige prioridades

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Cuando se empieza a vivir en familia, las prioridades deben de cambiar. Cuando uno es soltero, pues puede decir “yo busco mis intereses, mis metas y mis planes, salgo adelante en mi trabajo”. Y si fue bien educado, va a estar buscando además de lo suyo, el ayudar a sus padres, y los va a honrar y le va gustar mucho estar con ellos… Pero en el momento que se casa una persona, las cosas deben cambiar.

Créame, aquella persona que se case y quiera seguir viviendo como soltero, su matrimonio no va a durar. No se puede, porque es un contexto distinto. Si ya eres esposo o si ya eres esposa, ya tienes alguien a quien atender, ya tienes a alguien de quien tú ya te vas a hacer responsable  de una u otra manera, y cuando llegan los hijos, definitivamente, esos hijos no dependen más que de ti y tu cónyuge.

Si papá y mamá no se hacen cargo de sus hijos, nadie lo va a hacer en este mundo. Ni los abuelos -y lo digo con respeto- lo digo en el sentido de que si hay alguien a quien respetan los hijos, son sus padres, y después los abuelos. Y si hay alguien que tiene fuerza para criar hijos, alguien con los que éstos pueden convivir e identificarse, son los padres, y no los abuelos.

Claro, hay abuelos que pueden ser de gran influencia en cosas muy preciosas de la vida, eso es innegable, pero lo que verdaderamente va a tener cubiertos a los hijos, es lo que sus padres les enseñen. Entonces, aprendamos que “una vez que me caso, tengo que cambiar mi mentalidad”. Si yo me voy a casar, tengo que entender eso, si no entiendo eso, voy a ser un adolescente caprichudo, que voy a estar esperando que mi esposa me sirva como me servía mamá, o voy a querer tener un comportamiento de “soltero”, y eso no puede ser, porque va a echar a perder todo. Debe haber pues, una madurez para entender la importancia de la unidad familiar. Así que una pregunta inicial en este tema de la Unidad, sería: ¿Te llevas bien con tu cónyuge? ¿Están unidos tú y tu pareja?

Imagínese que papá –un hombre íntegro y trabajador- da una indicación en casa, y la mamá continuamente se niega a obedecerlo, delante de los hijos. Ellos están aprendiendo a ser rebeldes. El día de mañana sus hijos no van a obedecer, ni a mamá, ni a papá, porque ambos fomentaron eso.

Si usted, madre de familia, está en desacuerdo con la instrucción que le dio su esposo, pues hay momentos para discutirlo aparte, y en un ambiente racional, entendiendo ambos qué es lo mejor… eso lo abordaremos en un tema próximo, el cómo resolver los conflictos en casa.

Pero insisto: papá, ¿te llevas bien con tu esposa? ¿La respetas? ¿Das un ejemplo de respeto a tus hijos? Cuando los hijos ven que papá ama a mamá, los hijos aman a papá. Y cuando los hijos ven que mamá ama a papá, aman a mamá; ellos aprenden a través del ejemplo, y aman a quienes ellos aman. ¡Qué importante es estar unidos en amor!

Podemos dar el mejor sermón de nuestra vida, pero si ese sermón no va de acuerdo a lo que nosotros estamos viviendo, vamos a ser incongruentes y nuestros hijos van a terminar incluso aborreciéndonos, porque pueden decir: “papá, tú dices una cosa y acabas haciendo otra.” Discúlpeme, eso no está bien, eso se llama hipocresía y si además tú los castigas porque no hicieron eso que les encargaste, pero que tú tampoco hiciste, pues terminan amargándose contigo y hasta odiándote.

El líder que ama, genera unidad
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