La Comunicación en la Familia
 

El impacto de las palabras
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Quisiera ahora destacar el gran impacto que tienen las palabras en nuestra vida familiar, y para ello transcribimos a continuación un extracto del artículo “Palabras que duelen más que golpes” de Sixto Porras, consejero familiar y representante de la organización Enfoque a la Familia en Iberoamérica:

Los niños, al igual que los adultos, luchan con una variedad de sentimientos cuando se enfrentan con situaciones que llevan una carga emocional fuerte. Esto se da principalmente cuando estamos enojados, frustrados, o deprimidos. Para algunas personas es fácil no darle importancia a las palabras, porque pensamos que la otra persona va a comprender que es algo circunstancial; pero ignoramos el peso emocional que tiene lo que expresamos con ellas.

Para desarrollar niños positivos, es necesario comprender el valor que tienen las palabras y ser conscientes de su efecto. El significado de las palabras, el tono y la actitud con la que nos dirigimos a los niños, les define el valor que tienen. Por lo tanto, es importante revisar constantemente estos aspectos cuando nos comunicamos con ellos y conoceremos si estamos construyendo su vida o si la estamos lastimando.

A los padres nos corresponde ayudar a que nuestros hijos desarrollen un gran amor propio, una sana comprensión, respecto a su entorno y que se sepan amados, aceptados y valorados por lo que son.

Para ilustrarlo, transcribo lo que han dicho algunos jóvenes, lo cual he clasificado en recuerdos negativos y recuerdos positivos. Estos acontecimientos han marcado sus vidas y debemos recapacitar, para restituir.

Recuerdos negativos

-“Me gritan sin razón alguna. Dicen que mi opinión no es importante.”
-“Constantemente señalan mis debilidades y fallas.”
-“Nunca me demuestran afecto. Nunca me dan las gracias”.
-“Me regañan. No me consideran como una persona que siente, piensa y quiere opinar. Solo ven mis errores, no valoran mis logros”.
-“Se gritan entre sí. Utilizan malas palabras cuando se enojan conmigo.
-Dicen “NO” sin darme una razón”.
-“Nunca me elogian. Hacen comentarios sarcásticos sobre mí. Se ríen de mis sueños y deseos. Me ridiculizan delante de mis amigos. No me prestan atención cuando les hablo”.
-“Mi padre menosprecia a mi madre frente a otras personas y eso me duele”.
-“Me comparan con mi hermano y no me gusta.”
-“Me creen incapaz. Dicen que soy un fracaso”.

El enojo, la prisa, el cansancio, el rencor, la envidia y la ira nos hacen decir cosas sin sentido que lastiman a quienes más amamos, y luego no sabemos restaurar el daño. Un “lo siento”, y la actitud de pensar antes de hablar, podrían hacer la diferencia.

El lenguaje abusivo destruye, resta libertad a la hora de actuar, menoscaba el valor de la persona, hace que se aparten de los demás y se encierren en sí mismos para protegerse y les causa dolor.

Las palabras no se olvidan, principalmente las que llevan una carga emocional significativa. Son espinas que lastiman el valor que todos tenemos como personas.

En ocasiones, el adulto toma en poco las palabras que dice el niño, bajo los efectos del enojo, o en broma. Mientras que los niños piensan que eso es lo que verdaderamente sienten por ellos. Podemos evitar esos malos ratos para los niños y niñas tomando conciencia de nuestras actitudes, modificando nuestras reacciones, y disculpándonos cuando lastimamos.

Palabras que lastiman
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