Conociendo el gran valor de la Gratitud
 

Tenemos mucho que agradecer
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Hoy vamos a hablar de la Gratitud, uno de los valores que dignifican al ser humano, y que permiten tener una armonía en la sociedad, empezando por la familia.

Es importante hablar de este tipo de valores porque actualmente vivimos en una sociedad que los ha torcido, y ha desbalanceado los valores que durante muchos siglos fueron practicados por sociedades demostrando que en efecto, producen muy buenos resultados en la vida familiar y en el desarrollo personal.

La Gratitud forma parte del grupo de valores morales que se han olvidado, pero que son tan importantes y necesarios, y es por ello que en Esperanza para la Familia tenemos como uno de nuestros objetivos el promover este tipo de valores y fomentarlos en la familia, por ser el lugar ideal para que esos valores se fortalezcan y se transmitan a la siguiente generación.

La Gratitud es un valor familiar muy importante. Es bueno estar conscientes de que como seres humanos, tenemos mucho que agradecer, pues en la medida en que un ser humano no pueda valorar esas cosas que le han ayudado en la vida, irá adoptando un estilo de vida de quejas e inconformidades, donde siempre se estará lamentando porque no alcanza a ver las bondades de la vida.

Por eso es muy importante fomentar este valor en nuestras familias, empezando por vivirlo nosotros como padres, que estamos al frente del hogar.

El tema de la Gratitud aunque pareciera algo tan sencillo, está muy ligado a situaciones que nacen en el interior del hombre, en el corazón, por lo cual es muy importante autoanalizarnos, para poder llegar a la raíz.

Les invito a que entremos en un período de reflexión en cada punto que estaré mencionando y nos veamos a nosotros mismos, no al de al lado. Esperamos que usted pueda observar y valorar hasta dónde tiene una actitud agradecida y hasta dónde no la tiene.

La Gratitud tiene que ver con estar contentos con lo que tenemos. No estoy hablando de ser conformista o irresponsable, sino de un sentimiento sano de satisfacción por poseer aquellos bienes que nos proveen felicidad o placer, sea la salud, la familia, el empleo, una casa, un auto, etc.

Por ejemplo, imaginemos el caso de dos personas que se compran un auto compacto. Una de ellas, piensa que ese carro pequeño es un carro austero, que no tiene los accesorios que sí tiene un auto de lujo o de gran precio; de manera que, lo que ve es la austeridad de su auto, las faltas que tiene.

En cambio, la otra persona (la que es agradecida) ella sí valora ese carro y está contenta con lo que tiene, está consciente de que puede tener ese tipo de vehículo conforme a su capacidad económica, y lo disfruta.

Finalmente, lo que sucede con aquélla persona que no está agradecida con el auto que tiene, por su austeridad, es que el carro compacto no le va a llenar, y como no le es de su total satisfacción, estará viendo con envidia el carro de sus vecinos, el carro de sus familiares, y luego puede venir a su mente la pregunta “¿por qué él sí tiene y yo no?”

Eso es falta de gratitud, eso es propiamente una ingratitud derivada de no estar contento con lo que se tiene.

Insisto, esto no quiere decir que le estoy quitando a las personas el derecho a mejorar o a crecer, sino que seamos muy cuidadosos en tener contentamiento con lo que hemos logrado y hemos podido alcanzar en la vida, pues cuando no existe un motivo por el cual dar gracias, resulta muy difícil disfrutar aquello que se tiene, y luego viene el imponerse metas o propósitos que sobrepasan la capacidad, y lo único que se encuentra al final, es una frustración muy grande al no poder alcanzarlas.

Cuidado con el orgullo
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