Conociendo el gran valor de la Gratitud
 

Las cosas llegan con esfuerzo y paciencia
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Es muy importante fomentar en ellos el esfuerzo, para que les cueste ganarse las cosas, para que aprendan y valoren las cosas y sean agradecidos cuando obtengan algo, para que digan “es cierto, es difícil obtener esto… gracias por ayudarme a conseguirlo”.

3.- Hay gratitud cuando llega lo que tanto se deseaba

También cuando no hemos tenido algo y llega el momento en que al fin lo tenemos con nosotros, lo apreciamos mucho, porque era algo muy esperado.

Esto es muy provechoso para los hijos, en casos por ejemplo, cuando se va a tener un hermanito, pues a veces puede ser que el hermano mayor, el niño, siente que lo van a relegar, pero cuando se empieza a trabajar la expectación y la gratitud en él, las cosas resultan mucho mejor.

Se le empieza a explicar cuán complejo es tener un bebé, cuán grande es el esfuerzo de la mamá, las situaciones que va a padecer, de su salud, cuando se le deja claro que él no tiene aun un hermanito, pero lo va a tener, vamos a estar con mamá y con él en el hospital, etc.

Cuando explicamos estas cosas al niño, él entiende más ampliamente el valor de su hermano, y entonces la llegada del bebé se convierte en algo muy esperado; con ilusión va contado los nueve meses junto con sus padres. Y finalmente, cuando llega el día, se valora mucho ese momento, se ha ido sembrando el amor por esa personita nueva y hay naturalmente un contentamiento, una gratitud muy grande por recibir algo tan especial.

En períodos así, de expectación, cuando se tiene la ilusión de recibir algo, es también muy importante enseñar a nuestros niños a hacer oración, que aprendan a pedir a Dios eso que tanto anhelan, de modo que al recibir lo que desean, son agradecidos con Dios porque lo han estado pidiendo cada día.

Qué importante es fomentar esta actitud en nuestros hijos, que aprendan a esperar con paciencia eso que tanto anhelan, que aprendan a pedirle a Dios lo necesario, porque esto les hace apreciar lo que reciben y ser agradecidos con lo que tienen.

4.- Agradecemos cuando entendemos el valor de las cosas y de las personas.
Qué importante es que nosotros enseñemos a nuestros hijos el valor de las cosas. Nosotros como padres sabemos lo que cuesta el servicio de luz, el servicio de agua, de gas, de teléfono… son cosas que nos cuestan mucho esfuerzo, horas de trabajo.

Pero cuando los hijos no saben lo que cuestan las cosas, pueden mal usarlas, despilfarrarlas, es decir, no las cuidan. Sin embargo cuando usted les enseña lo que vale cada cosa y lo que cuesta tenerlas, entonces es cuando brota la gratitud, cuando ellos dicen “ah, papá hace un esfuerzo para que nosotros tengamos estos servicios, una mejor calidad de vida, una vida más digna”.

Enseñemos pues a nuestros hijos el valor de las cosas que ellos poseen. ¡Y qué decir del valor de un ser humano! Que nuestros hijos sepan cuán valioso es un bebé, eso les enseñará aun a tener argumentos suficientes para decir NO al aborto.

Por eso decimos que los valores y los principios se gestan en la familia, porque cuando se aprende a valorar a los seres humanos, desde el bebito que es “igual a mí, y viene en camino”, entonces es más fácil razonar por qué no se debe privar de la vida a nadie.

Cuando se logra entender el valor de las cosas y de las personas, y aun se vive agradecido por tenerlas, se entiende por qué no son para estarlos golpeando, ni humillando, que no son para destruirse, sino para cuidarse, y  que así como nosotros necesitamos y deseamos que nos respeten, así también los demás, y que así como nosotros deseamos sentirnos importantes, también los demás son importantes.

Aprendamos a “dar las Gracias”
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