Conociendo el gran valor de la Gratitud
 

Demos gracias en todo
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Quisiera terminar exponiendo el aspecto espiritual de la Gratitud. El  apóstol Pablo menciona lo siguiente en las Sagradas Escrituras:

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
                                                                                                   1ª Tesalonicenses 5:18

Nuestra vida, es una vida en la cual Dios siempre está presente, y pueden venir muchas situaciones difíciles así como cosas muy buenas. Lo que nos indica el apóstol es dar las gracias “en todo”, es decir, en toda circunstancia que nos hallemos, sea buena, sea mala:

Agradecidos por LAS COSAS BUENAS  Esto incluye desde el dar gracias a Dios porque pudimos ver el sol este día. Cuánta gente no le da gracias a Dios porque tuvo hijos sanos. Cuántas personas no le dan gracias a Dios por la comida que tienen, por la casa, el vestido o por las cosas que en un momento dado pudieron haber obtenido en el día.

Hay gente que luego dice “pues lo obtuve yo, todo, yo me esforcé, no me lo dio Dios”, bueno, es su manera de pensar y se respeta, pero para aquellos que han entendido que hay un Dios en los cielos que provee todas las cosas, y que todo lo que se recibe, por venir de Él, es motivo de gratitud al Señor, no es algo místico, sino es una confianza en el Dios de amor, en el Padre que todo provee a Sus hijos.

Agradecidos en LOS MOMENTOS DE DIFICULTAD  Dice el apóstol Pablo: den gracias a Dios en todo; y ciertamente esto es un gran reto. Que tú des gracias aun en situaciones que te están perjudicando. Solamente una `persona que tiene una verdadera comunión con Dios y tiene paz con Dios, y confía en que Dios tiene siempre un buen propósito para él, puede verdaderamente dar las gracias a Dios en situaciones realmente difíciles.

En una ocasión, durante la Segunda Guerra Mundial, una familia holandesa -los Ten Boom- fue encarcelada en los campos de concentración nazis. Su delito fue haber ayudado a los judíos a escapar de Alemania.

Cuando los alemanes descubrieron a esta familia cuya única intención era proteger a los judíos, los metieron a todos a un campo de concentración en los cuales observaron y vivieron cosas terribles, espantosas. Pero una de las hijas narra que cuando llegaron a las barracas, que eran los dormitorios donde dormían, estaban infestadas de piojos, y dijo: “yo no voy a dar gracias a Dios por esto”, pues era algo demasiado molesto aunado a la situación diaria tan difícil que tenían que soportar.

Su hermana le dijo: “demos gracias a Dios por todo” y le recordaba que todo lo que estaba pasando tenía un motivo, un buen propósito aun cuando no lo podían entender en ese momento tan difícil. Así animó a su hermana, y cuando se terminó la Segunda Guerra Mundial, la mujer que alentó a su hermana y le animó a dar gracias a  Dios por los piojos había fallecido; la otra sobrevivió, pero cuando finalmente logró salir del campo de concentración al terminar la Guerra, ella se enteró que los guardias alemanes, nunca entraban a  las barracas, para no contaminarse con los piojos.

El hecho de que los alemanes no entraran allí en las barracas, les permitía a ellas sentarse con libertad a leer y compartir las Sagradas Escrituras, podían orar, consolarse unas a otras… tener cierta libertad, ¡gracias a los piojos!

Querido amigo, hay muchas cosas que no entendemos en la vida. Tal vez usted está atravesando un momento muy largo de aflicción, la invitación es que aun en esa circunstancia difícil, usted sea agradecido y aprecie las cosas buenas que ve y aun dé gracias por lo que Dios está haciendo en su vida en esos momentos. Dele gracias a Dios en todo.

Cuando Dios ve un corazón agradecido, le ayuda. Pero si aun por las cosas que son buenas, no le damos las gracias, estamos mostrándole a Dios que somos desagradecidos. Cuánta gente ha dicho, yo he hecho esto por mi propia voluntad, yo me lo he ganado. Mire, la Escritura está llena de ejemplos de eso.

Un rey –Nabucodonosor- fue uno de ellos. El dijo: YO levanté todo este Imperio, YO hice todo esto y al final le fue quitado ese imperio; perdió la razón, se volvió demente. Después de un tiempo Dios lo sanó y le volvió su razón, y entonces reconoció: “todo esto me lo dio Dios, no fue por mi obra, ni por mi mano. Bendito sea el Dios del cielo”. Esta historia real se encuentra en el libro del profeta Daniel, capítulo 4:30 en adelante.

El imperio de Nabucodonosor fue un imperio poderosísimo, pero él se envaneció ante tanto poder porque perdió la actitud de gratitud ante Dios. El ser agradecido nos mantiene en una actitud humilde, de reconocer que necesitamos a los demás, a Dios primeramente. Cuando no existe esa actitud, nos ensoberbecemos, dañamos a las personas, las ofendemos y nos aislamos.

Qué importante es enseñar a nuestros hijos la Gratitud. Cuán necesario es enseñarles a valorar las cosas, que sepan lo que cuestan, para que cuando las reciban, den gracias y las cuiden. Fomentemos este importantísimo valor en nuestras familias.

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