Consejos prácticos para la educación de los hijos
 

¿Qué es enseñar?
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Enseñar,  básicamente consiste en explicar y supervisar que se haya aprendido lo que se indicó. En otras palabras, enseñar implica siempre una doble labor: explicar, y supervisar el aprendizaje.
 Es necesario que como padres, tengamos siempre en cuenta, 10 aspectos importantes en nuestra labor de enseñar a los hijos:

1) Supervisar. Como ya lo mencioné, esto es parte esencial de una enseñanza. No tiene sentido explicar algo a un niño sin cerciorarnos que efectivamente lo aprendió. Debemos siempre supervisar que ellos estén haciendo las cosas tal como se les explicó, o que se están esforzando en hacerlo así. Porque si no lo hacemos, los dejamos que hagan algo de una manera que les pueda causar después algún problema, un accidente, o un mayor trabajo. Al supervisar, ayudamos a que aprendan a hacer las cosas bien, sin demoras ni obstáculos.

2) Cuando una persona quiere enseñar algo a su hijo, tiene que saber realmente lo que va a enseñar. Si usted por ejemplo, le quiere enseñar a sus hijos a armar su bicicleta, requiere que usted sepa hacerlo: armarla y desarmarla; porque si no lo sabe hacer, tampoco lo podrá transmitir esa enseñanza a sus hijos.

Es decir, usted al enseñar a su hijo, deberá darle a conocer las partes de la bicicleta: “…estas son las llantas, estos son los rayos, esta es la cadena, el manubrio, el asiento, los tornillos, las tuercas…” y le empieza a explicar para qué funcionan y para qué es ese cable que llega al freno… las balatas: cómo se instalan, cómo se ajustan “mira hijo, estas son las herramientas: este es el martillo, el desarmador, esto es una llave, esto es un serrucho y esta es una cinta métrica, es todo lo que vas a necesitar…” Le enseña el uso de cada una de estas herramientas.

Es claro que usted le irá explicando cómo funciona cada una de estas piezas, y luego le explica sobre las herramientas: cómo se usan, cómo se agarran y entonces ya empieza a desarmar la bicicleta, le enseña el orden a seguir, cómo ir acomodando las piezas, cómo se limpian, cómo se engrasan, cómo se les da mantenimiento y después empieza a armarla de nuevo, frente al niño.

El niño lo ve atentamente, lo cual es muy impactante para un hijo, el hecho de que su papá no sólo le está enseñando, sino que le está arreglando la bicicleta: ahí vemos al mismo nivel la enseñanza y el amor. El hijo entiende: “Mi papá está arreglando mi bicicleta y se interesa por mí”. Usted está educando a su hijo, le está enseñando algo útil y de mucho valor.  

Claro, después de eso, en las siguientes sesiones, le enseña el mantenimiento de la bicicleta, repasan juntos y entonces sí “pues ahora hijo, agárrese usted las llaves, se apoya y luego jale, para este lado aprieta y para esta afloja”, y el niño empieza a hacerlo y si lo aprieta mal, si el niño se equivoca y si incluso si lo rompe, ahí va a tener un padre paciente que con amor lo va a corregir explicándole en dónde estuvo el error y cómo evitarlo: “mira no es así, es que te apoyaste mal, te agarraste de los rayos y los rompiste, no te agarres de ahí, agárrate de acá, agárrate de la llanta… o apoya la bicicleta aquí… o voltéala”.

3) Enseñar es una labor que requiere mucho amor y paciencia. Pongo otro ejemplo: Usted lleva a su hijo a lavar en el fregadero: “Hijo, lave esos trastes, hoy le tocan a usted lavarlos todos”. El hijo podrá decir “no, pero es que yo soy varón”. Usted le responderá: “Un día vas a estar solo y no vas a tener quien te lave. Usted lávese los trastes, válgase por sí mismo, no tiene nada de indecoroso que un hombre aprenda a lavar y trapear…”

Porque luego hay una cultura que dice que los hombres están hechos para hacer solo ciertas cosas y no actividades domésticas “que son para mujeres”. Pero la verdad es que todos los seres humanos tenemos la capacidad de amar a otras personas y mientras más preparados estemos, mejor será el servicio que podamos ofrecerles.

Continuando con el ejemplo de lavar los trastes: enséñele a su hijo a lavar un vaso y luego le puede decir: “para que no vayas a quebrar uno de vidrio, vamos a empezar con uno de plástico”, ahí tienes un padre interesado en la educación de su hijo, en su formación. Y te cercioras que lo lave bien, y no deje residuos en el fondo del vaso.

4) Es importante enseñarles buen comportamiento, hábitos y actitudes. La enseñanza de hábitos y valores tales como la higiene personal, el lavarse los dientes, el peinarse, lavarse las manos, cómo bañarse, cómo vestirse, así como los valores o virtudes humanas como el servicio, el amor al prójimo, la honestidad, el trabajo, etc. Son enseñanzas de gran importancia en la vida que hay que estarles reforzando continuamente, ya que los forman en cuanto a su persona: que sepan tender su cama, que sepan mantener limpio su cuarto, que sepan respetar a los demás y comportarse bien con personas de todas las edades y grupos sociales, con buenas actitudes.

Qué lamentable es ver a los jóvenes que no saben tener su recámara ordenada, cuyo espacio es un desastre. Eso habla por una parte, de desinterés en sí mismos, puede reflejar hasta una forma de manifestar rebeldía, coraje, molestia, no sentirse que pertenece a ese lugar o que no está a gusto en ese lugar. No hay ningún orden, su ropa está tirada, al igual que sus cuadernos; no tiene formado ese hábito de orden y limpieza.

Y esa falta de formación, va a tener malas consecuencias porque a donde él vaya va a tener problemas. Si va a una empresa y no sabe mantener orden, lo cual es algo que piden siempre: trabajar con orden y limpieza en tu área de trabajo, porque facilita las cosas e inclusive ayuda a evitar accidentes, entonces el muchacho va a sufrir una desadaptación social porque no sabe adaptarse o sujetarse a los principios que rigen una sociedad.

Cosas tan sencillas como los hábitos, pero que tienen un gran impacto en la vida diaria y futura que vayan a desarrollar los hijos: si no se lava los dientes va a tener problema de caries y al rato va a estar perdiendo muelas, a los veinte años ¿por qué? Porque no se cuidó, porque no tiene hábitos de higiene. Cómo vestirse: Que se vista de una manera decorosa, que se dé a respetar frente a las demás personas, y eso definitivamente debe ser enseñado por los padres, con quienes vive el hijo.

Estamos viendo en el ejemplo de la bicicleta, cómo papá es el primero que hace las cosas, el que le transmite los conocimientos al hijo fomentando una atmósfera afectiva muy profunda, en una situación tan cotidiana como arreglar una bicicleta. Y una vez que el hijo estuvo ahí viendo cómo el papá hacía las cosas, y sobre todo cuando se logró establecer una comunicación más estrecha con el padre, se acercó más de modo que aun cuando el hijo se equivocaba, el padre lo corregía con paciencia, lo ayudaba… y entonces el hijo se siente amado, y por lo tanto se enriquece esa relación y convivencia con el papá.

Instruir con amor es la base de la educación
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