Vivir en Familia: Un Gran Compromiso de Amor
 

El amor verdadero es práctico y sacrificial
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

El amor es un valor o una actitud sumamente práctica, porque el amor son acciones, hechos. Amar es lavar trastes, es levantarse temprano para ir a trabajar, hacer la comida con gusto, para que la familia pueda ser bendecida; el amor es soportar y perdonar a un esposo cuando está irritable, el amor es sobrellevar las diferencias, cambiar un pañal en la madrugada, levantarse a dar pecho al niño en la madrugada, o llevarlo al hospital.

El amor es sacrificio, es rechazar esa propuesta de adulterio o cualquier propuesta inmoral que destruya la imagen ejemplar que tanto ha costado darles a los hijos. Que vean los hijos que papá es un hombre fiel, que tiene en estima a mamá, esos son valores que ya no existen.

El amor se cultiva y se alimenta día con día. El amor es darse, implica desde dar un detalle a la esposa, llevarle la rosa, hasta ver por sus necesidades, saberla escuchar pacientemente cuando llegas a casa cansado después de haber tenido una jornada de trabajo muy difícil, y te sientas a platicar con ella, eso es amor.

Es una verdadera actitud de compromiso, porque tú te niegas, ya quisieras acostarte porque fue muy extenuante el día de trabajo, pero no, tu esposa necesita hablar, cenan juntos y platican, y no solamente escuchas, sino que resuelves el problema, tomas decisiones, apoyas a esa persona con la cual te comprometiste. 

Cuánto no se habla hoy en día del enamoramiento, y que es el motor que mueve al mundo, que trae felicidad, pero estamos entendiendo que no son más que emociones y pasiones, las cuales si vemos de una manera objetiva, en muchos casos no es más que mero egoísmo de dos personas, que las puede llevar a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y que cuando ha pasado esa pasión, se olvida todo, la muchacha quedó embarazada, desamparada, y no hay quién atienda a la criatura que viene en camino, por lo cual a veces hasta prefieren matarlo.

En ninguna de esas cosas hay amor, nada de eso es amor, ni por la joven, ni por la vida que se le quita a la criatura, ni por la actitud del joven, quien finalmente solo satisfizo su deseo y se desapareció. Eso no es amor.

El amor tiene que ver con hechos basados en buscar el mayor bien de las demás personas, y que puede llevar a la persona a hacer incluso un sacrificio personal. De hecho, el verdadero amor, consiste en eso: en negarse a sí mismo, buscar ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, ese es el genuino amor.

Ese es el amor de Dios. El amor que se nos enseñó en la cruz, como dicen los Evangelios, es un amor que no esperó nada, que murió pidiendo el perdón de aquellos que lo estaban crucificando, un amor que veía hasta los últimos detalles, como atender la petición de ese ladrón en la cruz, que moría también junto a Jesús.

Ese es el verdadero amor, que aun a pesar de que Jesús estaba muriendo, vio la necesidad de su madre, que iba a quedar sola y la encomendó a uno de sus discípulos más queridos. En medio del sufrimiento, del abandono, del rechazo, ahí estaba Jesús amando a su familia, a las personas, comprometido con una humanidad caída, con la raza humana perdida.

Ese es el verdadero amor, y no hay otro amor; todo lo demás es mero egoísmo. El amor es sacrificial. Cuando tu hijo está enfermo, y luego no tienes con qué pagar la cuenta del médico, o de un hospital, sin embargo no lo abandonas, ahí estás para servirlo y buscas la manera de cubrir lo necesario, ese es el verdadero amor.

Amar es salir todos los días a trabajar, a esforzarse, a traer lo necesario para comer, para tener una vida digna. Cuando se rechazan propuestas indecorosas y se es fiel al cónyuge, cuando no se abandona el hogar, cuando no se evaden las  responsabilidades con la droga, el alcohol, como es muy acostumbrado hoy en día entre los jóvenes. 

El verdadero amor asume compromisos, los enfrenta y resuelve, lucha y se esfuerza. El amor es enseñar a los hijos, es defenderlos cuando los están agrediendo, es pararse por los valores morales, los principios éticos. Eso es el amor en familia, cuando el hogar se convierte en un lugar perfecto para amar.

Actitudes en casa que reflejan amor verdadero
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