Por: Ing. Gilberto Sánchez
El doctor Gerbner preparó en 1988 para la UNESCO un informe que tituló “Violencia y terror en los medios de comunicación”. En ese estudio informó lo siguiente:
“Según la evidencia disponible, la exposición constante a las historias y escenas de violencia y terror, pueden movilizar tendencias agresivas, y aislar otras o insensibilizar, intimidar, y disparar acciones violentas en algunos. Hay una relación entre la violencia desplegada en los medios y la violencia individual o de grupo, que es una realidad en las sociedades de nuestros días”.
Lo que quiere decir es que cuando una persona es expuesta a la violencia, en este caso la violencia de la televisión, la persona sufre un cambio en su conducta y es motivada hacia la violencia, es decir, es impulsada en su conducta a tener un cambio en su comportamiento y en su agresividad.
Movido por todas estas circunstancias, en 1996 se comenzó a difundir en los Estados Unidos el “Estudio nacional sobre violencia en la televisión”.
El doctor Gerbner fue uno de los impulsores de este estudio, donde se contrataron a 3 universidades de los Estados Unidos que llevaron a cabo este estudio financiado por la Televisión por Cable de los Estados Unidos.
Se obtuvieron más de 6 mil horas de programación, se recopilaron, y de ahí fueron seleccionados al azar 23 canales de cable, cuya programación fue revisada en un lapso de 20 semanas. Es decir, iba a ser un estudio a fondo tratando de encontrar la respuesta a este problema.
De ahí se conformó una muestra de 2,693 programas de televisión por cable, que ocuparon un total de 2,500 horas de trasmisión, y los resultados, entre algunos de los que podemos mencionar, fueron los siguientes:
- Los perpetradores de delitos, quedaban impunes en el 73% de todas las escenas violentas. ¿Qué quiere decir esto? Que no recibían castigo, dentro de la trama de la película o serie, por ejemplo, de cada 4 personas que robaban, 3 de ellas quedaban en libertad.
- 60% de los programas contenían al menos un incidente violento.
- Más del 50% de los programas contenían por lo menos alguna escena donde se cometía por lo menos un acto de violencia.
- En el 47% de los hechos de violencia no se apreciaba perjuicio para las víctimas y en el 58% no se mostraba dolor. En ese tipo de programas no había remordimiento de conciencia, es decir, que cuando una persona cometía alguna falta, se apreciaba como una persona muy fría, muy calculadora, e insensible, que no se dejaba guiar por sentimientos y que no tenía compasión por aquella persona que estaba humillando o le estaba quitando la vida.
- En el 25% de los hechos de violencia se encontró la presencia de armas de fuego. Es decir, de cada 4 escenas violentas en una se portaba arma de fuego. Esto en cierta manera, es preocupante, porque el espectador se acostumbra a ver armas de fuego.
- Sólo el 16% de todos los programas indicaban el efecto negativo a largo plazo de la violencia tanto psicológica como financiera y emocionalmente, en otras palabras, en menos de 2 de cada 10, se mostraban las consecuencias de haber trasgredido la ley, de haber cometido algún ilícito.
- Sólo el 4% de los programas violentos enfatizó el tema de la antiviolencia. Normalmente en los programas se maneja mucho la “ley del Talión”: me la haces, me la pagas.
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