Los daños de la violencia intrafamiliar
 

…pero hay esperanza
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Así el sistema familiar se viene a afectar y a descompensar a grados agigantados, el hijo se vuelve violento, la madre se traumatiza y nunca hay solución y se abren las puertas falsas por doquier; las drogas, la familia, el adulterio, el suicidio, la depresión viene afectar los problemas emocionales  también, la desesperanza y ¿cómo podemos poner en orden algo así? ¿Cómo podemos arreglar algo así? Es casi imposible en nuestras propias fuerzas, pero hay esperanza.

Si tan solo tú que te sientes afectado el día de hoy, tú que te sientes afectada por haber sufrido en tu familia de origen donde naciste, violencia intrafamiliar y hoy estás casada y no sabes qué hacer, porque tienes un mal carácter, porque sufres psicológicamente, o porque estas sufriendo tú misma la violencia hoy en día de parte de tu esposo, bueno yo te garantizo que si tú asistes a grupos de terapia donde participan miembros de familias afectadas en estos diversos grados por el fenómeno de la violencia intrafamiliar, ahí nadie te va a culpar, en esos grupos de terapia por lo regular no hay juicios morales.

Es más se mira a los individuos, inclusive se atiende al agresor, para los niños hay grupos de ayuda familiar, puedes acudir a ellos, a veces en las parroquias, en las iglesias, en los templos hay grupos de ayuda familiar, en los departamentos del desarrollo de la familia hay grupos de ayuda familiar, puedes formar uno tú donde expresen sus sentimientos.

El poder expresar ya es un alivio, el poder sacar lo que te está destruyendo por dentro ese estigma, esa herida, ese machetazo que te dieron cuando te dijeron que no valías nada, que eras una buena para nada, lo puedes sanar simplemente al hablarlo, al encontrarte con gente que simpatice las cargas de la familia, al quitarte las culpas de origen que traes porque te violaron.

Tú no eres culpable si te violaron, entiéndelo, tú no eres una mujer de baja moral; tú no eres un hombre que seas homosexual por el hecho que alguien abusó de ti, de ninguna manera, tú no tienes trastornos psicológicos, simplemente son trastornos de salud mental que se curan, tú no eres un loco que se merece el manicomio como dice la gente ¿verdad? Manicomio, despreciando así las personas que sufren que tienen dolores internos que llevan en su alma y que no pueden ser expresados.

¿Verdad que no encuentras nadie que te ayude a veces, que te entienda? En el trabajo todos están ocupados y todos tienen los problemas parecidos a ti, en la calle toda la gente camina con prisas para llegar a tiempo a casa, comprar, al trabajo, en los hospitales los médicos tratan enfermedades orgánicas, enfermedades del cuerpo  y es poco el personal especializado en enfermedades o trastornos mentales.

Aún un psiquiatra o un trabajador de salud mental a veces no tiene la paciencia de escucharte, lo digo con tristeza, no tienen la simpatía para identificarse contigo y dejarte hablar, simplemente te condenan, te dicen, tienes que superarte, tienes que hacer aquello.

Yo me acuerdo de mi madre que no tenía ningún estudio que yo me acuerde, salvo la música, el inglés y otras cosas que le ofrecieron sus padres, pero que ella era ama de casa, porque en aquellos tiempos no se acostumbraba que la mujer fuera una profesionista, pero como escuchaba mi madre a las vecinas, y digo para mí es un ejemplo, no digo que sea la única, debe haber muchas así.

No las escuchaba con el fin de sacar chisme e irlo a platicar a la otra casa, sino las escuchaba con dolor, con empatía, con paciencia, con sonrisas a veces para animarlas, cafecitos, pastelito, las llevaba a la iglesia, hacia lo que podía, las llevaba al hospital, a ver un doctor.

Bueno yo la veía a ella y decía “yo quiero ser así algún día” y pues ¿quién te puede ayudar? Una persona que sabe escuchar, no importa que no tenga ninguna profesión, no importa que sea ingeniero, no importa que sea lo que sea, si sabe escuchar con empatía con simpatía, con afección, sintiendo por ti compasión, tratando de ayudarte de ver una solución.

Yo recuerdo como un hogar estaba totalmente desintegrado por la violencia intrafamiliar, la madre no encontraba la salida ni la puerta y ¿sabes quién terminó ayudándola? Un vecino, un vecino que era familiar de su esposo precisamente que la maltrataba continuamente.

Este vecino sabía que pues no se podía tratar con el esposo, era intratable, era violento, borracho y grosero, entonces él ayudaba a la mujer proveyéndole despensa, dinero para que comprara sus medicinas para sus hijos, la escuchaba largamente, lloraba con ella, y esta mujer salió adelante.

Una oportunidad única
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